Barack Obama centró ayer todas las miradas en el funeral de Nelson Mandela. El presidente de Estados Unidos fue alabado por su discurso homenaje a Madiba, aunque este no ha sido el motivo que le ha llevado a ocupar los titulares de los principales diarios de todo el mundo. Una secuencia de imágenes en las que aparece chalando animosamente con la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, mientras su mujer les mira con cara de pocos amigos han centrado todos los comentarios.
En las imágenes se puede ver como Michelle mira a la danesa con cara de pocos amigos mientras su marido ‘coquetea’ con ella. Tan poca gracia le hizo que llegó a cambiarle el sitio, por lo que Michelle acabó sentada en medio de los dos.
“La expresión facial de Michelle demuestra enfado e indignación, podemos observar como el mentón inferior de su boca mantiene cierta rigidez. Así mismo, podemos ver su mirada, fija y distante en un punto, seguramente en el infinito, como queriendo no prestar atención de lo que ocurre a su alrededor. Esto se suele dar, en situaciones en las que se siente uno molesto y para contener sus emociones es mejor abstraerse o aislarse mentalmente”, explica Irene López Assor, Doctora en Psicología de la Salud y directora de la Consultora de Recursos Humanos Babylun.
Esta experta destaca que las mejillas de Michelle denotan enfado, “por lo que podemos asegurar que estaba, al menos molesta con lo que sucedía a su alrededor. No podemos afirmar que fueran celos, simplemente la situación no era la idónea. No podemos hablar de crisis pero si de un gran enfado”.
La reacción de Michelle tiene mucho que ver con su personalidad. La primera dama es naturalidad en si misma, esa es su gran baza y también su bestia negra. La periodista Mónica Pérez de las Heras, nos desveló en su libro ‘Palabra de primera dama’ que Michelle es como se ve en televisión y que ha tenido que pulir ciertas maneras por ser demasiado natural. “Jamás pensé que cambiar de jersey o de zapatos iba a importar tanto”, comentó en algún momento.
Mette-Marit le dio un manotazo al príncipe Haakon en un ataque de nervios
Otro de los momentos que pasaran a la historia en las desavenencias entre parejas famosas es el bofetazo que le dio Mette-Marit al príncipe Haakon en un ataque de nervios. “En este caso podemos ver como en su boca expresa el enfado y el descontrol, así como su parte postural, donde se ve el descontrol de una situación que ha debido de estar controlando hasta ahora”, explica Irene López Assor.
Esta experta señala que perder el control en público, personas que han de estar acostumbradas a no hacerlo, `”denota un cansancio interno, y un estallido de seguir la norma y lo políticamente correcto. Estos arranques suelen ser producto de haber sobrepasado su propio límite personal emocional”.
Letizia Ortiz interrumpió al Príncipe Felipe en su pedida de mano
Un caso muy diferente, pero que a su vez causo numerosas criticas y sorpresas en España fue la interrupción de Letizia Ortiz al Príncipe Felipe en el día que hacían publico a los medios su compromiso.
“En este caso, Letizia se muestra feliz y segura de si misma, con la satisfacción que se muestra cuando consigues una meta que parecía imposible. Mira hacia otro lado porque está inmersa en su mundo de felicidad. Lo importante es lo que acontece más allá de su pareja. El entorno tiene una especial relevancia e intenta agradar a los que están a su alrededor”, destaca Irene.
Para concluir, Irene apunta que las mujeres siempre tienden a mostrar en público sus emociones ya que necesitan mucho más el apoyo de sus iguales. “El hombre prefiere resolverlo en la intimidad y sin pedir ayuda. Las mujeres piden refuerzos ya sean por sus actos y sentirse comprendidas o porque lo verbalizan buscando continuamente el entendimiento y la aprobación”, apunta.