Tras la consecución del Mundial de Clubes, Cristiano se desplazó a su tierra natal para ser condecorado con el Cordão Autonómico, la mayor distinción que otorga el gobierno de Madeira y que anteriormente sólo habían recibido tres personalidades. Para el delantero tiene un significado muy especial y es un privilegio inmenso tener esos reconocimientos en el lugar donde se crió.
Posteriomente, Ronaldo inauguró una estatua con su imagen en Funchal, la capital de la región. La obra, de 2,40 m de altura, se ha colocado en el puerto de la localidad y representa al jugador con su gesto característico antes de lanzar una falta.
Rodeado de su familia, el portugués posó delante de la estatua. Con su inseparable hijo y arropado por su madre y sus hermanos el portugués lució la sonrisa que últimamente no pierde.