No son capaces de pensar pero casi. Cada día surgen nuevas prendas para niños que tienen como objetivo hacer la vida más fácil a los padres. Pijamas, ropa interior, ropa de diario, sábanas, mantas y toallas realizados con telas antimicrobianas hechas con agentes anti-bacterias que combaten la aparición de gérmenes contribuyendo a la correcta higiene y salud de la piel.
Prendas con bloqueador UV, ideales para paseos al aire libre; totalmente impermeables con tratamiento para la transpiración, lo que permite que las prendas se mantengan frescas y agradables; y ropa de bebé con hipoalergénicos que impiden la formación de ácaros y otros agentes que producen alergias dérmicas o respiratorias. En la actualidad hay al menos una docena de empresas que confeccionan textiles basados en la mezcla de fibras naturales y elementos tecnológicos basados en la nanotecnología.
Japón, Estados Unidos, y algunos países de Europa y de América latina son las principales regiones productoras de este tipo de prendas inteligentes apropiadas para todas las edades y ocasiones, y que cada vez tienen más aceptación por parte de las familias, lo que hace que las empresas continúen desarrollando nuevas aplicaciones.
Las cazadoras con localizador GPS son un ejemplo de ello, ya que han tenido una gran acogida por parte de los padres. En concreto las de la marca Bladerunner, con una batería que dura 18 horas, utilizan los mapas de Google Earth que permite que los usuarios pueden ver los movimientos de la persona que lleva la prenda, que se actualizan cada 10 segundos.
Sin embargo, no es necesario estar conectado a internet para saber dónde se encuentra la persona que lleva la chaqueta ya que se ofrece la posibilidad de que los usuarios reciban mensajes en sus teléfonos móviles o cuentas de correo electrónico cuando la cazadora abandona una zona delimitada, lo que permite que los padres controlen la asistencia de sus hijos al colegio, o si se alejan del barrio.
Esta prenda salió al mercado en un momento en el que en Londres proliferaban los crímenes, por lo que además del sistema de rastreo se incorporó a la prenda un forro resistente a cuchilladas. Una cazadora de rastreo para niños cuesta 500 dólares, alrededor de 348 euros, a los que hay que sumar 20 dólares (13,90 euros) mensuales por el uso de la tecnología GPS.
Ya no es necesario ni usar el termómetro
Está destinado a bebés de hasta 36 meses de edad. Es un body que incorpora un sensor termocrómico que cambia de color si el niño tiene fiebre.
Durante el periodo febril los síntomas que presentan los bebés son de aparente tranquilidad y somnolencia, por lo que la alarma no se produce hasta pasado un cierto tiempo, cuando los padres descubren las elevadas temperaturas. Por eso, la empresa Ramón Espí junto con el Instituto Tecnológico Textil AITEX ha desarrollado un sensor que permite acortar el tiempo entre el momento en que se inicia el estado febril y su detección, facilitando la actuación sobre el mismo.
La prenda resultante es un body con cuello tipo americano que garantiza el contacto con el bebé y por tanto asegura la transmisión de la temperatura hasta el sensor termocrómico. La composición del tejido es 100 por ciento algodón, lo que otorga confort a la prenda, y además puede ser lavado con total normalidad.