Desde hace varios años, la cadena de distribución John Lewis sorprende al público británico con sus emotivos anuncios navideños. En el de 2011 (The Long Wait), un niño pequeño con un gran corazón se muere de ganas por entregar a sus padres el regalo de Navidad. El problema es que todavía faltan varios días para la Nochebuena; el chaval está como una moto; y los padres, que no sospechan nada, bocas. Al final, el crío corta por lo sano y –con una amplia sonrisa– desbarata la larga espera.
En el anuncio de este año (The Journey), un muñeco de nieve deja plantada y cariacontecida a una muñeca de nieve para emprender un viaje épico. El muñeco atraviesa montañas, ríos, bosques, carreteras… hasta que llega a una ciudad donde por fin encuentra el regalo perfecto para una persona muy especial. Solo al final del anuncio nos enteramos de que la muñeca plantada es quien ha inspirado en todo momento la larga travesía del muñeco.
La canción que acompaña al viaje se titula »The Power of Love». Mmmm, ¡qué interesante! En un tiempo en el que lo emocionalmente correcto es ensalzar las relaciones amorosas a toda pastilla, este anuncio hace una opción preferencial por el poder secreto de la paciencia. Frente a la estética de los aspavientos, su puesta en escena desborda ternura y humanidad. Es la fuerza pacífica del amor-entrega. «Nadie como el que ama mejora tanto el mundo», dice en uno de sus versos más redondos el poeta Carmelo Guillén Acosta.