TeInteresa con motivo de la jornada sobre la Solidaridad Intergeneracional ha entrevistado a tres personas mayores que nos dan su punto de vista sobre la importancia del contacto entre ancianos, jóvenes y niños. María Tobarra de 85 años, Isabel Andrés de 82 años y Ángeles Armengol de 80 años han contestado con sencillez y fuerza a cuatro preguntas que les hemos planteado:
¿Cree que es importante el contacto entre las diferentes generaciones? ¿Qué puede aportar?
M.T. : Sí, muy importante. Porque te distraen y dan alegría. Es muy gratificante ver a una persona joven pasar tiempo con una mayor. Aporta alegría a los mayores, porque los ancianos tenemos mucha tristeza y con los jóvenes puedes hablar de otros temas que te distraigan y sean más alegres.
I.A. : Importantísimo porque se ven las cosas desde diferentes puntos de vista. La relación entre ambas generaciones te da la vida. Si no se interactuase entre estas dos generaciones el mundo perdería su encanto, sería aburrido. Ocuparte de gente tan distinta a ti es todo un reto y te mantiene activo y ocupado, algo vital para una persona que como yo, pertenece a la tercera edad.
A.A. : Sí que es importante. Es necesario transmitir los conocimientos cotidianos que no entran en el ámbito de los videojuegos. Es importante para la formación personal las interrelaciones entre los distintos grados de parentesco. Todos sabemos que no es lo mismo lo que dice el padre al hijo que lo que le dice el abuelo al nieto.
¿Cree que en la sociedad actual hay iniciativas que promueven dicho contacto entre abuelos y jóvenes? ¿Conoce alguna?
M.T. : No hay suficientes. No conozco ninguna aunque me imagino que sí que habrá, pero faltan muchas y me gustaría que las hubiera porque las necesitamos.
I.A. : No hay iniciativas que promuevan el contacto. El único contacto con los jóvenes es entre los propios familiares, el contacto entre abuelos y nietos.
A.A. : La verdad es que no hay muchas. La sociedad es individualista. Sin embargo, podemos hacer alguna excepción como organizaciones que fomentan el voluntariado. Yo conozco una, está en Navarra. Se llama «Profesionales solidarios». Es una organización que reúne a jóvenes navarros que se ofrecen a hacer compañía una tarde entera a algunos ancianos que están solos.
¿Qué valores pueden aportar los abuelos a los jóvenes? Y ¿viceversa?
M.T. : Los abuelos a los jóvenes podemos darles muchos consejos porque ya hemos vivido mucho, y aunque la vida de ahora no es como la de antes, hay algunas cosas que no cambian. Como valor, podemos aportar el valor de la familia, la importancia de la familia, ya que hoy los jóvenes están muy despreocupados. Hoy en día las personas mayores estamos más preocupadas por los jóvenes, que los jóvenes por los mayores.
I.A. : Los abuelos aportamos la experiencia. Los jóvenes nos aportan cariño y espíritu de lucha porque ahora lo tienen todo muy difícil.
A.A. : Fundamentalmente transmitimos paciencia y respeto. Al revés, los jóvenes nos enseñan a estar más cerca de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, gracias a algunos de mis nietos, sé usar adecuadamente el teléfono móvil.
Eloísa Fernández Díaz, que es una »joven» de 95 años de edad, ha dicho que la relación entre ancianos y jóvenes es importante “Porque ese contacto le alarga la vida”. ¿Está de acuerdo? ¿por qué?
M.T. : Sí estoy totalmente de acuerdo. Porque cuando estás con una persona joven no lloras, te ríes, te anima, te alegra la vida.
I.A. : Sí estoy de acuerdo porque el cariño te alarga la vida. Cuando te dan cariño eres más feliz y eso se traduce en una autoestima mayor.
A.A. : Sí. Estoy totalmente de acuerdo con esta señora, porque te contagian la alegría por su actividad y las ganas de vivir.
Coinciden en la importancia de estar junto a gente joven, algo que sólo aporta cosas buenas y que ayuda a que ellos disfruten más de su tiempo. También están de acuerdo en la necesidad de que haya más iniciativas que promuevan el contacto entre jóvenes y ancianos para poder beneficiarse mutuamente.
Los jóvenes tienen mucho que aprender de los ancianos que aconsejan con la voz de la experiencia y las personas mayores, a su vez, tienen que contagiarse del espíritu de los jóvenes que se caracteriza por disfrutar de los pequeños momentos y ver la vida con ilusión y alegría incluso en los momentos difíciles.