Cuando se pregunta a los niños a los que enseña qué asignatura les toca no dicen “clase de inglés” sino “tengo Manuel”. “¿Y qué hacéis con Manuel?” “Pues cantamos canciones, contamos cuentos…». “El inglés es algo que está en la atmósfera de lo que ocurre. Yo creo que lo importante es la actividad en sí y, luego, los niños asocian esa actividad, que ha sido positiva y en la que se lo han pasado bien, con el inglés. Esa conexión mental es la que luego hace que vean el inglés como algo estimulante, positivo, y que tengan ganas de estar en contacto con ello y continuar”, reflexiona Manuel Higueras.
Él es el creador de ‘Peter y Jack’, un proyecto que ha supuesto una revolución en la manera de enseñar a los más pequeños el idioma de Shakespeare. Tras adquirir sus primeros conocimientos de solfeo en el conservatorio de Alcalá de Henares e ingresar en la escuela de música creativa EMC en Madrid, donde estuvo cuatro años realizando estudios de composición, armonía, arreglos y orquestación a la vez que perfeccionaba y ampliaba sus conocimientos como instrumentista, Manuel decidió marcharse a Londres para entrar en contacto directo con la escena musical británica y perfeccionar el idioma.
Su motivación para aprender inglés fue entender lo que decían las letras de sus grupos favoritos. “Estudiar un idioma es una tarea larga que requiere mucha dedicación, por lo que necesita un motor detrás, una motivación, un porqué. Tengo que tener una motivación intrínseca, personal. La mía era la música. Yo quería saber qué decían todos esos grupos de música, quería saber cómo era su cultura, cómo hablaban, cómo se relacionaban entre ellos, cuáles eran sus hábitos sociales… Indagar un poco en la cultura, de dónde viene esa música… Ese fue mi motor, por eso me fui allí, por eso me mezclé con gente del mundo de la música y aprendí”, recuerda.
Aprender divirtiéndose
A su regreso a España tras cuatro años en el extranjero estudió Magisterio y empezó a dar clases en un colegio como profesor de inglés dentro de las aulas de infantil, a niños de entre 2 y 6 años. Sin embargo, se dio cuenta de que el material que tenía para enseñar no contaba con suficiente calidad artística por lo que tenía que hacer algo al respecto.
“Me regalaron un CD con canciones y al oírlo no me gustó nada. Si yo no me creía esas canciones, no las podía cantar ni podía transmitir nada, y tienes que contagiar un entusiasmo en los contenidos con los que trabajas, te lo tienes que creer. Así que me dije, voy a intentar hacer algo, mío propio, entonces empecé a experimentar”, señala Manuel.
Al principio no fue fácil. “Me di cuenta de que saben distinguir perfectamente entre una buena y una mala canción. Tienen esa intuición artística. El arte es arte por algo, llega a las personas porque les toca una fibra, y los niños son personas y tienen esa fibra sensible. Supe que esa tenía que ser mi apuesta”, relata.
Enseñar lo que ocurre en el aula
Manuel comenzó a trabajar en canciones sobre los días de la semana, cómo contar del uno al diez, las estaciones, los animales… “Llevaba algunas que les llamaban un poco la atención, otras que no les llamaban nada, y seguí trabajando en ello hasta que empecé a conseguir una serie de canciones. Al cabo de dos años tenía doce temas buenos, que funcionaban en clase, decidí grabarlos y ese CD empezó a funcionar por sí solo”, indica Manuel, que considera que presentar el inglés en forma de música y de arte despierta la motivación de los niños porque lo asocian con algo que es muy positivo y muy estimulante.
Tras la gran acogida que tuvo la idea de Manuel por parte de niños, padres y profesores de otros centros escolares, hizo la versión DVD y grabó diez videoclips en los que participaron muchos de sus alumnos y que se tituló Peter & Jack – English songs for kids.
“Lo que yo quería plasmar en los DVD y en los CD era la esencia de Peter & Jack, que es el crear desde dentro del aula, enseñar a los demás, que están fuera, lo que está ocurriendo ahí. Esos momentos álgidos de conexión y de entusiasmo… Las grabaciones incluyen a los niños en algunos temas, no cantando sino haciendo lo que hacen en clase que es medio cantar chillar, y en los videoclips también salen bailando con la intención de extraer una cosa que creo que es muy bonita y muy auténtica”, apunta.
El inglés considerado como ‘juego’
El propósito de Manuel es que los niños vivan el inglés como ‘ocio’, “que lo entiendan como algo cotidiano que no pertenece al ámbito escolar. Hay que contrarrestar el concepto de inglés como algo del colegio, es una puerta al mundo, una apertura de conciencia. Cada idioma es una forma diferente de entender el mundo y eso enriquece mucho a la persona, y creo que es importante ofrecer a nuestros pequeños esa oportunidad de ver el mundo desde diferentes prismas. Hay que sacarlo del contexto escolar y llevarlo al contexto del ocio”, aconseja.
De hecho recomienda a los padres que busquen actividades de ocio que estén relacionadas con el inglés. “Una obra de teatro, ir a ver a un mago, cuentacuentos, talleres de artesanía… pero en inglés. Que el ocio lo relacionen con el inglés, la televisión también, los dibujos… Luego les parecerá una cosa normal», señala.
Para él otro factor que influye en el hecho de que en España sólo un 19 por ciento de los adultos tengan un nivel alto de inglés según datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat, es la carencia de necesidad. “¿Qué necesidad tenemos de hablar inglés? En la mayoría de los casos, ninguna. Vemos la televisión en español, todo está traducido, los libros en el colegio, internet… Cuando vivía en Londres no podía ir al cine, no podía ver la televisión, no podía relacionarme con la gente… Tenía una necesidad, y esa necesidad, aparte de la motivación, fue la que me hizo aprender, y sigo aprendiendo, hay que reciclarse, pero hace falta una necesidad… Si me dan todo tan mascado nunca voy a tenerla, así que, a lo mejor, no me lo tendrían que dar todo tan mascado”, afirma.
Unos peluches, regalo de su madre
Los personajes de Peter y de Jack surgieron por casualidad. El día antes de empezar a dar clase en el colegio, Manuel le preguntó a su madre, también maestra, cómo podía entretener a los niños. Ella le recomendó que se llevara un peluche, les contara cuentos, y les pusiera canciones.
“Tenía en casa un mono de peluche que era de mi padre y me lo dio. Se llamaba Peter. Sacaba el mono en clase y empezaba a hacer tonterías. Comencé a escribir cuentos y a crear el personaje y, al cabo de un año, mi madre me dio una marioneta que era un tucán, y unos días sacaba a Peter, otros días sacaba a Jack. Cuando tuve que hacer los videoclips para dar forma al proyecto y justificar la música, pensé en hacer una banda con mis mascotas. Así se transformaron en músicos”, explica Manuel.
Tras el éxito y reconocimiento alcanzado con su primer trabajo ‘English songs for kids’, en 2012 se editó un segundo álbum de estudio compuesto por 18 canciones, que llevó por título ‘English Songs for Kids 2’. A finales de 2013 Manuel se embarcó en una nueva aventura junto con RTVE para el canal Clan TV que consistía en doce programas didácticos basados en las aventuras de Peter, Jack, y sus nuevas amigas las flores Flora y Floro, resultado de la cual surge ‘Let’s Clan Park’, un DVD + CD, editado el 8 de abril, que contiene doce videoclips en el DVD y quince canciones en el CD, para que los niños aprendan jugando y divirtiéndose, y relacionen el inglés con su tiempo de ocio.