Pese a la preocupación general por el contenido televisivo que se ofrece en la actualidad a los jóvenes en España, la mayoría de los adolescentes considera que las series juveniles influyen poco, casi nada o nada en su comportamiento y que la relación con las drogas y el sexo son dos de los aspectos peor representados en la ficción según un estudio de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD).
Tan sólo el 8,7 por ciento de los jóvenes afirma que las series de televisión les afectan para mal, mientras que el 4,1 por ciento considera que su influencia es positiva. El 80 por ciento no obstante afirma que apenas tienen repercusión en su comportamiento, de manera que para el 43,6 por ciento les influye poco, al 23,6 por ciento casi nada, y al 12,9 por ciento nada según la investigación ‘Consumo televisivo, series e Internet», en la que han colaborado el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid y la Obra Social Caja Madrid, que aborda los hábitos y gustos televisivos de jóvenes de 14 a 18 años.
La manera de relacionarse de los adolescentes que aparecen en la pantalla es lo que más puede llegar a influir en el comportamiento de los jóvenes, ya que repercute en el 32,1 por ciento de ellos, seguida de las preferencias en moda y tendencias, en las que se fijan el 28,2 por ciento, y la elección de grupos de amigos, que afecta al 26,1 por ciento, mientras que la influencia sería escasa en el caso de valores y principios, interfiriendo en la manera de comportarse de tan sólo un 5,6 por ciento.
Pasar un buen rato y entretenerse son los principales motivos que hacen que los adolescentes se decanten por un determinado programa, pero también se fijan en que aparezcan actores atractivos, o que se cuide la moda, la música y la ambientación. Por otro lado, valoran que las historias sean creíbles porque opinan que reflejan la realidad tanto de las relaciones entre chicos y chicas como de las relaciones de amistad entre adolescentes, aunque también se quejan de que se ponga demasiado en énfasis comportamientos inadecuados para personas de su edad.
Los personajes adolescentes son los mejor representados en las series de ficción para el 45,9 por ciento de los encuestados, aunque no ocurre lo mismo con los centros educativos que para el 40,5 por ciento no reflejan para nada la realidad, seguidos por los personajes adultos, que no gustan al 27,7 por ciento, la relación con las drogas, que no convence al 27,1 por ciento, y la relación con el sexo, que desagrada al 24,8 por ciento.
Cuanta más televisión ven, más lo hacen en familia
El estudio revela a su vez que una mitad de los encuestados ve la televisión entre dos y tres horas al día, mientras que el otro 50 por ciento dedica entre 60 y 120 minutos. Lo que llama la atención es que cuanto más tiempo pasan frente a la pantalla, más lo hacen en familia a pesar de que la mitad de los jóvenes tiene televisión en su habitación y siete de cada diez cuenta con conexión a Internet en su cuarto.
Además, a la hora de elegir qué ver suele haber consenso entre padres e hijos. El 89,1 por ciento se decanta por películas, el 84 por ciento por series de humor españolas, el 79,8 por ciento por series de animación, humor y sátira, el 61,8 por ciento por programas deportivos, y el 59,9 por ciento por magazines de humor, dejando las series juveniles relegadas al sexto puesto con un 58,4 por ciento.
De este modo, el estudio establece que nunca o casi nunca hay discusiones para ver la televisión en familia y, de producirse, en el 68,7 por ciento de los casos se deben a la diferencia de gustos entre padres e hijos, y en el 29,1 por ciento a que no logran ponerse de acuerdo a la hora de elegir una opción.
Además, según los adolescentes, sus padres saben lo que ven en la televisión incluso cuando están solos, y no parecen muy preocupados porque haya demasiada violencia, drogas o sexo en los contenidos, hasta el punto de que la mitad señala que a sus progenitores les parecen bien los programas que siguen. No obstante, mientras que la mayoría de los jóvenes son contrarios a que sus padres decidan qué pueden ver en la televisión, cerca de la mitad sí está de acuerdo en que haya unos criterios que determinen qué programas son aptos para los adolescentes y menores de edad.