Pregunta del millón en el McDonald’s: «¿Qué le hará tan única? ¿Será el doble de carne, el queso fundido, la cebolla, el pepinillo, la lechuga, la salsa secreta? ¿O una combinación de todo esto?». ¡Quebraderos de cabeza que te da un Big Mac!
Mmmm. Primero toma cuerpo la idea de la «combinación de todo esto». O sea, uno sospecha que es la suma de cualidades lo que hace única a la persona amada. Pero luego avanza posiciones una segunda hipótesis: la de «la inigualable salsa secreta». No hay combinación ni suma de ingredientes: hay un no sé qué muy bien qué está pasando aquí, pero eres tú quien lo provoca. Año tras año.
De modo que si pasan los días y al tiempo le da por publicar las obras reunidas de nuestros defectos inéditos (cualidades fugit), el no sé qué flamea balbuciendo. No porque sea perfecto –que nunca lo fue–, sino porque nos da la gana de que esta love story sea especial.