Primero fue Barbie, después llegaron las Bratz, y ahora las muñecas preferidas por los niños son las Monster High. Nunca Mattel hubiera imaginado que lo que supuso una dura batalla de seis años en los tribunales acabaría agudizando su ingenio para crear un producto que arrasa por todo el mundo por tercer año consecutivo.
Todo comenzó cuando la mayor compañía de juguetes del mundo, ubicada en El Segundo, California, interpuso una demanda contra MGA Entertainment argumentando que las muñecas Bratz, que habían lanzado en 2001, habían sido ideadas por un empleado de Mattel mientras aún trabajaba para en la empresa.
Mattel reclamó la propiedad de Bratz y el litigio por los derechos de la marca continuó hasta 2010, cuando el Tribunal de Apelaciones estadounidense 9 th. Circuit dictaminó, en un documento hecho público, que las argumentaciones de la demanda presentada por Mattel contra MGA no tenían fundamento jurídico y que, por tanto, MGA continuaba siendo propietaria de pleno de derecho de la marca y de las muñecas.
Era el momento de contraatacar y Mattel sacó su artillería pesada. Se alejó del modelo de la Barbie y se acercó al de sus rivales más directos creando las muñecas Monster High en julio de 2010, de aspecto humano pero descendientes de famosos personajes de terror como Drácula, Frankenstein, Medusa, o la Momia.
Fomentan la amistad y la integración en un grupo
“Monster High es el reflejo de la vida de cualquier preadolescente. Conectan a la perfección con las jóvenes porque hablan su mismo idioma y tratan los sucesos de su día a día. Les lanzan el mensaje de que nadie es perfecto, pero no por ello menos especial. Al contrario, les animan a ser diferentes siendo ellas mismas y respetando a los demás” indica Elvira Sanjurjo, Directora de Marketing de Mattel España, en ‘El Huffington Post’.
Al parecer, el motivo del éxito de las Monster High es que resaltan los valores de la amistad y la necesidad de los jóvenes de sentirse integrados en un grupo a pesar de que cada uno es consciente de sus diferencias con respecto a los demás. Por eso se identifican con las distintas características de los personajes, lo que les hace que quieran coleccionar todos aquellos juguetes con los que encuentran afinidad.