Durante mucho tiempo, se ha esforzado por complacer la imagen que los demás tienen de ella. Durante mucho tiempo, se ha olvidado de su identidad. Ahora, una amiga le ha animado a ser ella misma. El consejo le gusta. Pero también intuye que, de tan manido, puede significar cosas muy distintas.
Así que para no convertirse en una sombra anónima de lo que ahora otros le dicen que tiene que ser, ha decidido sentarse, reflexionar con calma y anotar en su libreta favorita algunas ideas sobre el “sé tú mismo”:
— Guay si significa: escucharme, tenerme en cuenta; respetarme y exigir que me respeten; no machacarme con pensamientos de desprecio, dejar de echarme broncas, acogerme, ser mi mejor amiga…
— Chungo si lo utilizo como excusa para: despreciar las enseñanzas y consejos razonables de los demás; concederme todos los “me apetece”, sin valorar también si son un bien para mí; pensar que no necesito cambiar nada en mi vida porque “yo soy así y así siempre seré”…
Después, cerró la libreta y se quedó pensando en una frase de Oscar Wilde: “Una obra de arte es el resultado singular de un temperamento único. Su belleza se debe al hecho único de que su autor es lo que es”. Y si por si acaso a alguien se le ocurría despreciar esa obra de arte que es la vida de cada cual, Wilde escribió también: “La obra fue un gran éxito, pero el público fracasó estrepitosamente”.