Francia lidera junto con Irlanda el ránking de la fecundidad en Europa. Son los dos únicos países de la UE en los que se produce el número de alumbramientos necesarios para garantizar el reemplazo generacional, 2,1 hijos por mujer. Superan ampliamente la media comunitaria, 1,58 y a países como Portugal (1,28), Polonia (1,31) y España (1,32), los estados que se encuentran en el furgón de cola.
El vicepresidente del Instituto de Politica Familiar, Mariano Martínez Aedo, asegura que el país vecino tenía la misma crisis de familia que vive ahora España. Se refiere a los datos de baja natalidad, el aumento de abortos, rupturas matrimoniales y el descenso de las bodas que se producen anualmente en España. Todos los datos pueden encontrarse en Eurostat o en el informe ‘Evolución de la Familia en Europa 2014’, presentado por IPF este martes en Madrid.
«En Francia tomaron medidas, la familia es una política de Estado». Todos los partidos políticos llegaron a un pacto nacional en el que las decisiones para el fomento de la natalidad «dejaron de ser un ‘toma y daca’ para no alterarse aunque se cambie el signo del Gobierno».
El año pasado, el Ejecutivo galo anunció que las familias recibirían una ayuda de 127 euros por el primer hijo nacido y 163 por los sucesivos. La media del gasto público en esta institución llega al 2,2%, un punto por encima de lo destinado en los PGE.
Pero no sólo de pan vive el hombre. En Francia también tienen amplia experiencia en flexibilidad laboral. Las mujeres con hijos pueden no ir al trabajo los miércoles por la tarde ya que los niños no tienen colegio en esa jornada. Alrededor del 30% de los puestos de empleo permiten al trabajador, de un modo u otro, diseñar en parte o la totalidad de sus horarios.
El 88,4% de las personas con hijos que tienen jornada parcial en el país galo son mujeres.
Las guarderías son otro de los asuntos a tener en cuenta para facilitar la conciliación de la vida laboral y la familiar. Francia es el tercer país donde mayor uso se hace de este servicio, sólo por detrás de Dinamarca y Suecia. El 51,9% de la población lo usa. Rumanía y España son los países que más prescinden de la educación desde el año cero.
Desigualdades en las prestaciones familiares
Mientras Luxemburgo lidera el gasto público destinado a las familias, con 2.935 euros anuales por persona, y Dinamarca realiza un esfuerzo de 1.767 euros, hay otros Estados que no se gastan más de 100 euros. Es el caso de Rumanía y Bulgaria. Por debajo de los 200€ se sitúan Letonia, Polonia, Croacia, Lituania, República Checa y Malta. España y Portugal son los países que menos ayudas dan.