Aunque pueda parecer sencillo, comprar un juguete a un niño en muchas ocasiones no lo es. Para el pediatra Fernando Uribarri uno de los principales errores que se cometen en la actualidad es “que se regalan demasiadas cosas” y muchas veces los juguetes “no se adaptan a las necesidades de los menores”.
Este hecho conlleva una pérdida de la ilusión por parte del niño, que tiene un exceso de regalos. De hecho, según un estudio realizado por la juguetería online ‘demartina.com’, en 2012 la ilusión de los niños de entre 5 y 12 años cuando recibieron un regalo duró entre tres y cinco horas de media, un tiempo que en Navidad puede descender a menos de 120 minutos por la cantidad de obsequios que reciben.
Por otro lado, es muy importante tener presente que un juguete no debe ser considerado como un sustituto del tiempo que los padres deben pasar con sus hijos. “Es fundamental que además de proporcionarles juguetes variados, dediquemos mucho tiempo a interactuar con ellos a través de distintos tipos de juegos” indican Ana Mata, coordinadora de la Guía AIJU 3.0, y Pablo Busó, coordinador de proyectos relacionados con la infancia en AIJU (Asociación de Investigación de la Industria del Juguete).
“Es un error pensar que los juguetes son algo exclusivo de las navidades. No se puede asociar el juguete únicamente como regalo, el juguete juega un papel fundamental en el proceso educativo del niño y, por tanto, el niño debe poder disfrutar de ellos durante todo el año y no sólo en navidades”, indican desde AIJU.
“Los juguetes no tienen que ser el objeto de un deseo puntual, sino que deben enseñar a los niños a jugar. Las cartas o el Monopoly no caducan y son juegos a largo plazo, de los que se puede hacer uso a medida que pasa el tiempo”, corrobora el doctor Uribarri.