Ya está aquí. Inevitablemente Perales. El 24 de abril pone a la venta su nuevo disco Calle Soledad. Que me perdonen las samaritanas del amor. Porque decir que José Luis “pone a la venta” un disco suena un poco chusco. Él, que deseó para “esas mariposas de escarcha y de cristal”, la llegada de alguien que las quisiera de verdad.
Me lo he pasado muy bien leyendo algunos comentarios que la gente deja por la Red a algunas canciones míticas de Perales. Me mola, sobre todo, que haya quinceañeras que sigan enganchándose a Perales porque descubren en sus canciones “algo distinto”. Y que lo digan con ese desparpajo que da la fiesta de las emociones.
El romanticismo de Perales esconde una tensión ética. A veces parece que no toma partido: se limita a llevar la situación al límite (“Ella y él”, “¿Y cómo es él?”…). Pero mientras escuchas, se te va encogiendo el corazón. Y entonces tú decides qué haces con ese “velero llamado libertad”. Otras veces, Perales es más explícito y opta por tocar fibras sensibles que te dejan K.O.: “A ti mujer”, “Canción de otoño”, “Por amor”, “Canción para la Navidad”…
PD.: Si usted está en trance melancólico, pasa por horas bajas o sufre mal de amores, no es necesario que convierta a Perales en su músico de cabecera. Para estos casos, siempre es preferible zamparse toda la salsa latina y los ritmos caribeños que tenga a mano.