La discriminación y la violencia ocasionaron en 2013 uno de los mayores desplazamientos de comunidades religiosas de la historia reciente, según un informe del Gobierno de Estados Unidos divulgado hoy, que documenta agresiones contra personas de todos los credos.
«En todo el mundo las personas fueron objeto de discriminación, violencia y abuso (…) simplemente por profesar su fe, identificarse con una cierta religión o por elegir no creer en ninguna deidad», subraya el informe del Departamento de Estado estadounidense.
El estudio cita entre los países en los que hubo desplazamientos de comunidades religiosas a Siria, la República Centroafricana, Birmania, Pakistán y Egipto, y entre los que reprimen la libertad de credo a Corea del Norte, Arabia Saudí, Irán y Sudán, mientras en China, Cuba, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán la actividad religiosa «solo es legal si está autorizada por el estado».
«En casi cada rincón del planeta millones de cristianos, musulmanes, hindúes y otros (…) tuvieron que abandonar sus casas por sus creencias», indica el Informe sobre Libertad Religiosa en el mundo publicado hoy por el Departamento de Estado.
El estudio, que va ya por su decimosexta edición, destaca que esos desplazamientos están dejando vacíos barrios enteros y provocando la desaparición de comunidades de lugares que tradicionalmente las habían acogido.
La tendencia es particularmente acusada en zonas de conflicto como Siria, donde la presencia de cristianos es cada vez menor, como queda de manifiesto en ciudades como Homs, donde la comunidad cristiana ha caído desde los 160.000 integrantes de antes del conflicto a los alrededor de 1.000 en la actualidad.
Mientras, en la República Centroafricana el aumento de la violencia sectaria entre cristianos y musulmanes provocó el desplazamiento de más de un millón de personas durante el año pasado, según el informe.
En Birmania, la violencia antimusulmana se cobró 100 vidas y provocó más de 12.000 desplazamientos a comienzos de 2013.
El estudio cita también el caso de Pakistán, donde fueron asesinados más de 400 chiítas en luchas sectarias que se cobraron la vida de más de 80 cristianos en un solo ataque a una iglesia.
En Egipto, tanto los musulmanes chiítas como los cristianos afrontaron ataques violentos, mientras que en Arabia Saudí los chiítas fueron objeto constante de discriminación.
El informe llama también la atención sobre el caso de Irán, donde el Gobierno amenazó y detuvo a miembros de casi todos los grupos no chiítas.
En China, mientras tanto, continuaron las torturas y el encarcelamiento de miembros de la secta Falun Gong, así como los ataques contra obispos y sacerdotes católicos no registrados.
El estudio indica que entre los países que reprimen la libertad de religión están Corea del Norte, Arabia Saudí, Irán y Sudán, que aplican graves restricciones a grupos religiosos.
Además, en China, Cuba, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán la actividad religiosa «solo es legal si está explícitamente autorizada por el estado», agrega.