Además, el Papa ha destacado que la expresión de «llena de gracia» con la que el Arcángel Gabriel se dirige a María en la Anunciación indica «la obra maravillosa del amor de Dios, que ha querido volver a darnos la vida y la libertad, perdidas por el pecado, a través de su Hijo Encarnado, muerto y resucitado».
Por ello, según ha recordado Benedicto XVI, desde el siglo II en Oriente y Occidente, la Iglesia «invoca y celebra la Virgen que, con su »sí» ha acercado el Cielo a la Tierra» y pasando a ser «generadora de Dios y nutriente de nuestra vida».
Finalmente, ha recordado que la Iglesia es también «virgen y madre de todos los cristianos» que «con la fuerza secreta del Espíritu Santo les concibe y les da la luz, ofreciéndoles a Dios para que sean también llamados hijos de Dios».
Este jueves por la tarde, Benedicto XVI se dirigirá a la Plaza de España para ofrecer la tradicional corona de flores a la estatua de la Inmaculada que se encuentra delante de la Embajada de España ante la Santa Sede.