“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” (El Quijote II 50). Refrán español que lleva más razón que un Santo, y que has escuchado a tu madre más de una vez. Pues eso, ¡qué viva el orgasmo femenino! Sus beneficios, muchos. Sus orígenes y funcionalidad, dignas de estudio.
Se trata de un baile de hormonas. Durante el Día Internacional del Orgasmo Femenino se celebra la exaltación de la mujer, la liberación de diversas hormonas como la adrenalina, las endorfinas o la oxitocina.
Estas actúan en el cuerpo de la mujer como vasodilatadoras permitiendo una mejor circulación de la sangre y evitando la formación de coágulos.
Es decir, la mejora de la circulación junto a la sensación de felicidad provocada por la secreción de estas hormonas ayuda a mantener una mejor salud cardiovascular.
Además, una vida sexual activa ayuda a prevenir enfermedades porque, durante las relaciones sexuales, se elevan los niveles de inmunoglobina que se encargan de proteger al cuerpo de infecciones y favorece una mayor resistencia de enfermedades.
Pero, ¿qué se siente? ¿Cómo lo consigues?
“No puedo pensar en nada. Mi mente se queda en blanco. Es un cosquilleo que sube desde los pies y para en el ombligo. Mi cuerpo se contrae. Mi clítoris se humedece. Una sensación muy parecida a cuando me hago mucho pis”. Así resume Candela como experimenta un orgasmo.
El escritor americano JD Salinger escribió una vez que “el cuerpo de una mujer es como un violín: se necesita un músico fantástico para tocarlo bien”.
Y, es que, solo el 27,7% de las mujeres logra alcanzar el orgasmo mediante penetración vaginal sin acompañamiento de estimulación manual de sus clítoris, según un estudio de la Universidad de Kansas EE.UU. y el National Health and Social Life Survey.
Y, ¿para qué sirve?
Esta pregunta ya se la hizo Aristóteles. Mientras que el orgasmo masculino tiene una misión clara en la reproducción, que es la transferencia de esperma. El orgasmo de las mujeres es un vestigio evolutivo que no tiene utilidad práctica para la reproducción, aunque una vez la tuvo: desencadenaba la ovulación. Y “ahora posee nuevas funciones, como sus beneficios psicológicos”, según científicos de la Universidad de Yale y el Hospital Infantil de Cincinnati.