Una acusada de maltrato a su bebé de siete meses ha aprovechado en la última sesión del juicio su turno a la última palabra para asegurar que cambiaría todo con tal de que su hija fuera feliz y se ha mostrado arrepentida de no haber estado más atenta hacia la pequeña, quien padece graves secuelas como consecuencia de las múltiples lesiones que sufrió presuntamente a manos de su madre.
En sus conclusiones, la representante de la Fiscalía de Madrid ha mantenido la solicitud de condena de 22 años de cárcel para la acusada y su entonces pareja por maltratar de forma continua al bebé, de cuya desnutrición informó en enero de 2009 a los Servicios Sociales el Hospital 12 de Octubre tras ingresar con múltiples lesiones.
La Audiencia Provincial de Madrid ha concluido el juicio celebrado contra Esmeralda C.F. y Milton M.M., quienes se enfrentan a 22 años de prisión por delitos de maltrato e intento de asesinato.
En su turno a la última palabra, la mujer ha negado entre lloros que hubiera hecho nada a su hija. «Cambiaría todo con tal de que mi hija sea feliz. Haría todo lo que pudiera. Me arrepiento de no haber estado más atenta y eso me va a revolver toda la vida. Pero jamás la hice nada. Si hice algún error lo asumiré, pero no hice nada a mi hija. Si no lo hice bien, estaré en la cárcel», ha aseverado.
En su informe, la fiscal se ha opuesto a considerar la inimputabilidad de la madre de la pequeña, ya que a su juicio era consciente de su comportamiento hacia la pequeña con «una actitud violenta y descuidada». Por ello, ha interesado una sentencia condenatoria, dado que los hechos son muy graves al ser cometidos por una madre contra su bebé durante siete meses.
Por su parte, el abogado de la acusada ha reclamado su libre absolución al alegar que no se ha demostrado de forma clara la comisión de unos ilícitos tan graves de los que es acusada su clienta. A su juicio, no hay prueba de cargo plena de esos ilícitos.
Tras mantener su acusación, la fiscal ha alegado que ha quedado acreditado que hubo maltrato continuado por parte de los procesados hacia la niña, quien «presentaba un descuido general en su alimentación y en la higiene». Y ha criticado la «maldad y brutalidad» de los encausados hacia la pequeña, de siete meses de edad.
Además, ha recalcado que la pareja de la acusada debía ser garante de su estado de salud, puesto que convivían juntos. «Cuando la menor llegó al hospital el 17 de enero de 2009 presentaba un cuadro que estaba rota a nivel médico, ya que tenía lesiones en todo el cuerpo, traumatismo craneal, fractura de huesos de brazos, hemorragias en ojos, déficit neurológico, entres otras», ha concluido.