La prensa internacional, al recoger la imputación de la Infanta, también ha señalando la posible abdicación del rey Juan Carlos. Teinteresa.es se ha puesto en contacto con dos expertos en la materia para contestar las preguntas que rondan a muchos españoles hoy: ¿Debe abdicar el rey? ¿Saben de lo que hablan los medios internacionales? ¿Una abdicación sale gratis a nivel económico y político? ¿Está España preparada para una abdicación real?
El escritor y periodista Kiko Méndez-Monasterio, al analizar la situación que atraviesa hoy la Corona, tiene claro que «España ya está muy desestabilizada. Lo está por la crisis que las clase política ha sido incapaz de prever y de solventar. Lo está por el paro, por la juventud sin proyecto de futuro, por el desafío separatista y por un modelo de Estado que no da respuesta a ninguna de estos graves problemas. Hay que asumir esto para empezar a tomar las decisiones importantes. El mismo rey, en su entrevista con Jesús Hermida, reconocía que después de tantos años el modelo de Estado era muy deficiente. Es necesario pasar la página de la Historia. El juancarlismo ha terminado, y ahora es el momento de que una monarquía empiece a estabilizar España», señala haciendo un balance de la situación actual.
Méndez-Monasterio considera que «es muy probable que Su Majestad abdique pronto. Algunos todavía se resisten a verlo, otros ya saben que los libros de Historia del futuro dirán que el juancarlismo es esa época paquidérmica que va desde el elefante blanco del 23 F hasta el elefante rubio de Botsuana. No más allá. El velo de silencio que hasta ahora ha protegido la imagen de don Juan Carlos se ha rasgado, y la avalancha se hace insoportable», señala.
Respecto a cómo se podría gestionar esta abdicación sin hacer demasiado daño al país, Méndez-Monasterio propone «utilizar la realidad de la mala salud del rey para explicar un relevo en la institución. En cualquier caso, no es lógico que ese relevo tarde mucho. Las consecuencias económicas de una abdicación son ahora imprevisibles, porque depende mucho del cómo se haga, del cómo se explique y, sobre todo, de en qué se traduzca. Pero sí se sabe que mantener esta situación de desprestigio en la Jefatura del Estado nos saldrá caro».
Por su parte, Amadeo-Martín Rey y Cabieses, Doctor en Historia y profesor de Dinastías Europeas en la Escuela Marqués de Avilés, señala que «hablar de la abdicación del rey es un futurible. Es algo que solo lo puede conocer el propio rey, que es al único a quien competería tomar esta decisión. Ahora bien, creo que si nos atenemos a los indicios, por ejemplo, su último discurso de Navidad o la entrevista concedida a Jesús Hermida, ambos emitidos cuando ya había problemas serios (aunque la Infanta no estuviera aún imputada), da la sensación de que el Rey no tiene la intención de abdicar. Y ello pese a haber reiterado que el príncipe está perfectamente preparado y de que, por lo tanto, está en disposición de reinar».
Rey y Cabieses considera que «el rey no abdicará. Obviamente, esto no lo sé yo ni lo sabe nadie. En todo caso, creo que no lo hará justo ahora. Tanto la Casa Real como el país están pasando un momento difícil. Una abdicación sería someter a España a una nueva convulsión y creo que el rey no es una persona irresponsable que desee que eso suceda. Por supuesto, otras personas entenderán que no, que una abdicación abriría paso al príncipe, que supondría un aire nuevo y limpio de toda sospecha».
Respecto a hacerlo dentro de un tiempo con las aguas más calamadas, Rey y Cabieses considera que «no lo veo. Entiendo que, de hacerlo, sería una manifestación de debilidad que no es conveniente. Lo normal es permanecer en el trono en los momentos difíciles y dar todo de sí, como hizo el 23 de febrero de 1981. Es decir, aguantar el tirón y ya está. Además cada uno es responsable de sus actos y el Rey no ha hecho nada ilegal ni es la persona imputada. Y aunque sea inimputable no existen razones para pensar que debería ser imputado en nada».
En el caso de que esta abdicación sí se produjera, Rey y Cabieses cree que «la situación económica, dada la globalización de los mercados en la que nos movemos, está más allá de lo que pueda decidir o hacer el rey. El rey colabora mucho a la hora de facilitar las inversiones de España en el exterior y de que otros países inviertan en nuestro país, pero, de producirse su abdicación, sería un mero cambio en la Jefatura del Estado, de padre a hijo, lo cual no creo que afecte de una manera especial a los mercados. La función arbitral del monarca facilita el engranaje político pero los cometidos económicos corresponden al Gobierno. En cambio, creo que tendría unas repercusiones de mayor relevancia en el ámbito político. Da la impresión de que todos los grupos políticos que ahora están pidiendo la abdicación del rey, se podrían calmar cuando esta se produjese. Pero, sinceramente, creo que no sería así».
Rey y Cabieses tiene claro que «los grupos que ahora piden la abdicación están tratando de aprovechar la actual problemática de la Casa Real para imponer su propia agenda de agitación política. Si el rey abdicase, creo que continuarían con sus críticas de otra manera. Estos grupos, que suelen ser más bien de izquierda, aunque también los hay en la derecha, no creo que se satisficieran con la abdicación. La agitación continuaría, pero con alguien en la Jefatura del Estado que, a pesar de su indudable preparación, carece de la experiencia política de su padre. No olvidemos, además, que hay quienes lo que realmente pretenden es la abolición de la monarquía por cuestiones puramente ideológicas, independientemente de si el monarca y su familia lo hacen bien o mal».
¿Hay motivos para abdicar? «En la presente situación creo que no se dan. Aunque el rey pasa por malos momentos de salud, puede delegar las funciones de representación en el Príncipe y la Infanta Elena, por ejemplo, mientras que las decisiones personales puede seguir tomándolas él. El rey no está incapacitado para seguir utilizando su gran experiencia y mano izquierda. Lleva muchos años demostrando que pueden ser de mucha utilidad para España«.