Hacen falta más médicos para frenar la epidemia que desangra África. Es el llamamiento que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), ante la epidemia que sigue avanzando en el continente, en particular en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Según el último balance, conocido hoy, el ébola ha dejado ya 2.793 fallecidos y 5.762 infectados. Pero la OMS considera que los datos estarían subestimados. La cifra podría ser hasta cuatro veces mayor a la reconocida oficialmente.
La OMS ha alertado de que el brote es el más complejo y severo de cuantos se han conocido de la enfermedad y lo que preocupa sobre todo al organismo es la incapacidad de las autoridades locales y del personal sanitario para enfrentarlo. El virus se propaga a gran velocidad y supera las precarias barreras con las que se lucha en África.
El organismo alerta de que la escasez de personal sanitario es uno de los principales obstáculos para luchar contra la enfermedad. De hecho, esa falta de profesionales nacionales ha sido una de las principales vías que en su comienzo encontró el virus para propagarse con fuerza.
«Los tres países afectados tenían algunos de los ratios más bajos de doctores y enfermeros por población, ya antes de que el ébola irrumpiese», explica a teinteresa.es Margaret Harris, portavoz de la OMS.
A ello se añade, cuenta Harris, que los profesionales están expuestos a una situación de riesgo elevado de contagio. «Durante la epidemia, alrededor del 10% de los infectados han sido sanitarios, por tanto, esto ha provocado que se redujese todavía más un número ya escasísimo». Aunque muchos han continuado trabajando, pese al riesgo, otros también han dejado de ir a trabajar por miedo, o porque las autoridades locales no les pagan sus salarios.
Desde África aumentan las voces de los que critican un progresivo abandono de los profesionales. Según el protocolo, los sanitarios internacionales no pueden permanecer en estas situaciones durante más de dos meses, lo que provoca una rotación continua. Desde que se declaró la epidemia, en marzo, la OMS ha enviado a la región a más de 400 médicos y enfermeros. Sin embargo, debido a esa exigencia, sobre el terreno únicamente se encuentran desplegados alrededor de 150.
«Otras organizaciones, como Médicos Sin Fronteras o Cruz Roja Internacional también han enviado un número importante a profesionales», dice Harris, que destaca también la aportación de países como Uganda, cuyo personal «está dirigiendo uno de los principales centros de tratamiento en Monrovia (Liveria)». O Cuba, que ha enviado a 165 doctores y enfermeros. Estados Unidos ha anunciado también el despliegue de 3.000 efectivos militares en Liberia para coordinar los esfuerzos internacionales contra la enfermedad. «Muchos de ellos, médicos y enfermeros», dice Harris.
No obstante, las cifras son a día de hoy insuficientes para ganar la batalla al virus. «Realmente, necesitamos más ayuda y más personal. Espero que los países que tienen capacidad se unan a los esfuerzos para controlar esta terrible epidemia», dice esta portavoz.
Las estimaciones de la organización pasan por 600 profesionales médicos extranjeros y un millar de trabajadores locales. La OMS reclama una respuesta masiva para una epidemia que, a día de hoy, sigue sin control.