Las primeras decisiones políticas tomadas, tras los atentados de Barcelona, se han aplaudido de forma mayoritaria. La unidad entre las instituciones, entre las fuerzas de seguridad o entre los partidos políticos se ha valorado desde todos los puntos del país. Nunca antes se había apreciado tanto un trabajo de comunicación como el realizado por los Mossos D’Esquadra.
Varios días después del ataque, los distintos partidos han comenzado a posicionarse sobre distintos asuntos políticamente polémicos relacionados con el ataque en Barcelona. Desde la CUP hasta el PP de Madrid, pasando por la Iglesia Católica.
El alcalde de Alcorcón (Madrid), David Pérez García, ha acusado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de haber “allanado el recorrido a los asesinos”. El líder del consistorio madrileño considera que al no haber puesto bolardos en el acceso de La Rambla los terroristas lo tuvieron más fácil para acceder a la popular calle de la capital catalana y acusa directamente a la regidora como responsable. A través de Twitter, Pérez ha manifestado esta posición con una fotografía del homenaje a las víctimas del atentado de Barcelona.
¿Alguien puede explicarme de qué se ríe esta señora, después de no haber puesto los bolardos, allanando el recorrido a los asesinos? @_AVT_ pic.twitter.com/UBk6pmk09H
— David Pérez García (@davidperez) 22 de agosto de 2017
Desde Madrid también ha llegado la polémica protagonizada por la presidenta Cristina Cifuentes. La líder de la Comunidad de Madrid afirmó este lunes que no iría a la manifestación del próximo sábado en Barcelona porque “no ha recibido ninguna invitación». Aun así, Cifuentes señaló que “acudiría si la recibiera”. Desde Podemos calificaron de “ruin” la actitud de Cristina Cifuentes y han exigido una rectificación. Ramón Espinar, líder de la formación en Madrid, argumentó que se trata de una “utilización partidista” para añadir que «Cifuentes ha estado a la altura del betún, nadie en su partido ha hecho lo que ella ha hecho».
Un cura de Madrid propone «denunciar»
Santiago Martín, cura en una iglesia de Madrid, propuso este fin de semana «denunciar» a Ada Colau por su supuesta responsabilidad en los atentados del jueves en La Rambla. Según el sacerdote, la alcaldesa es responsable por no poner bolardos o maceteros en la entrada de la vía catalana. El mismo argumento utilizado por el primer edil de Alcorcón.
«Ella dijo a las recomendaciones de los bolardos que coartan la libertad», señaló. Algo que no es cierto, ya que esa medida propuesta se indicaba para un periodo muy concreto, el de las anteriores Navidades. Para Colau, las declaraciones son «miserables». En una entrevista concedida a La Sexta, la alcaldesa ha señalado que «Utilizar un atentado para manchar a adversarios políticos me parece una falta de respeto a las víctimas».
El cura madrileño añadió en ese mismo sermón que Carmena y Colau son «comunistas radicales» que con todo lo que está ocurriendo están «desprotegiendo sitios en los que hay miles de personas paseando tranquilamente» con lo que considera que «es colaborar con el crimen». «¿Qué habría ocurrido si el gobierno municipal hubiese sido de derechas? Todos los periódicos habrían pedido dimisiones. Pero como son comunistas… pueden hacer lo que quieran y no pasa nada» concluyó.
La CUP, los primeros en mover ficha
A pesar de las polémicas madrileñas, las primeras decisiones se tomaron desde Cataluña. La CUP anunció que no iría a la manifestación convocada el próximo sábado si acudía el Rey Felipe VI. En una comparecencia, la diputada Mireia Boyua afirmó que tanto el Rey como el Gobierno de España son una imagen de “un imperialismo económico que ha financiado a los autores del atentado del jueves pasado».
«El Rey, que lleva unos días paseándose por aquí, no es bienvenido» afirmó Boyua. «Todo el mundo sabe cuáles son las relaciones de amistad y económicas de la monarquía española, sus relaciones con las monarquías pérsicas, como Catar y Emiratos, que financian al Daesh y que son culpables de lo que sucedió el jueves en Barcelona. Es una hipocresía enorme que el Rey venga a pasearse» concluyó.
Las críticas no tardaron. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, consideró “muy lamentable” la decisión ya que en la manifestación “no hay derecho de admisión”. Desde la Moncloa, en palabras del ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, consideraron que «no hay ninguna otra solución para vencer a los terroristas que la unidad política y social».
Aun así, no todo fueron críticas. El diputado de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, se mostró en Twitter en la misma línea que las cuperos. El republicano defendió que tenía que ser la ciudadanía quien liderase esa expresión de unidad del próximo sábado y no “reyes por su apellido”.
La manifestación del #26A la deben liderar héroes por su cometido y no reyes por su apellido.
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 21 de agosto de 2017