La tragedia de este fin de semana ha demostrado que, ante la montaña, ni siquiera la experiencia es garantía. Ninguna de las cinco víctimas de Gredos era primeriza y los tres fallecidos ayer habían coronado picos más importantes.
Dos profesores con pasión por la montaña
Luis Gonzalo García, de 41 años, de Madrid, y José Manuel Díaz, de 45 y natural de Ávila, perdían la vida el sábado mientras practicaban escalada en la Sierra de Gredos.
El primero era profesor de Matemáticas en el Instituto de La Laguna, de Parla (Madrid). Sus compañeros se encontraban hoy consternados por la noticia, y destacaban la pasión de Luis por la montaña.
Sus restos mortales serán enterrados esta tarde en Gijón, ciudad en la que pasó sus primeros años de vida y a la que estaba muy vinculado. Mañana será despedido también en la parroquia de Guarrate, en Zamora, localidad de la que era natural su padre, un reconocido médico fallecido hace seis años.
El otro fallecido, José Manuel Díaz, ejercía como docente de Física en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid.
Ambos habían aprovechado el fin de semana para practicar una de sus pasiones, el montañismo. La muerte los sorprendió el sábado, pasada la una de la tarde, en una vía de escalada conocida como La Araña, en Zapardiel de La Ribera, una zona agreste y de alta inclinación en el Cuchillar de las Navajas. Uno de ellos se resbaló, arrastró a su compañero y ambos cayeron desde una altura de 350 metros.
El amplio dispositivo de rescate desplegado sólo pudo certificar su fallecimiento, debido a los golpes sufridos en la caída.
Experimentados y con muchos picos a sus espaldas
Los tres fallecidos ayer mientras practicaban alpinismo invernal en Gredos eran madrileños. Sus identidades se han conocido hoy, ya que ayer, cuando fueron encontrados, iban indocumentados.
Se trata de dos hombres, G.J.M.A., de 45 años y vecino de Boadilla del Monte (Madrid); J.C.V.C., de 55 años y vecino de Madrid, y una mujer, N.G.V.M.R., de 42 años y también de Madrid.
Los tres eran montañeros con experiencia y estaban federados. Pertenecían al Club de Alpinismo Peñalara, en Madrid. Sus compañeros de deporte se han desplazado inmediatamente a la zona Ávila, ya que los cuerpos de los fallecidos permanecen aún en el Instituto Anatómico Forense.
Sus familiares no se explican lo sucedido, ya que tenían un acreditado conocimiento de la montaña. “No se explican cómo han podido cometer un error”, ha explicado a este periódico Manuel González, cabo primero del grupo de la Guardia Civil que intervino en el rescate.
Uno de ellos había escalado el Aconcagua, un pico de 7.000 metros en la cordillera argentina de casi 7.000 metros. “La mujer solía escalar también con su padre. Tenían afición familiar por el deporte”, dice González.
El suceso se produjo poco antes de las dos de la tarde, cuando ascendían al Cuerno del Almanzor en el término municipal de Candeleda. Fue uno de los compañeros quien avisó a los servicios de Emergencia de que les había visto precipitarse. Los tres subían encordados lo que provocó que, al resbalar uno de ellos, arrastrase a sus compañeros por una pendiente de 500 metros.
El equipo de rescate desplazado no pudo hacer nada por la vida de ninguno de ellos.
Una disciplina sin aparente peligro
Otra mujer, de 41 años, falleció el sábado por la tarde tras una caída cuando practicaba montañismo en Canfranc (Huesca). El suceso tuvo lugar sobre las cinco de la tarde, cuando la fallecida y su pareja practicaban raquetas en el canal de Izas. Según fuentes de la Guardia Civil de Huesca, la mujer sufrió un resbalón y acabó cayendo por un cortado de varios metros.
Su acompañante avisó inmediatamente al 112, y al lugar se trasladaron efectivos de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de Jaca, la unidad aérea de Huesca, la patrulla de la Guardia Civil del puesto de Canfranc y un médico del 061. Lograron llegar hasta la víctima, pero el facultativo no pudo hacer más que certificar su muerte, causada por el fuerte traumatismo.
Los expertos afirman que el desplazamiento con raquetas no suele implicar tantos riesgos, a no ser que la nieve esté muy resbaladiza y que se trate de una zona con mucho desnivel.
Más rescates el fin de semana
Otros dos montañeros tuvieron que ser rescatados ayer en el término municipal de Potes (Asturias), tras quedar aislados en el Pico Pumar, a más de 2.000 metros de altura, y no poder continuar por sus propios medios. Los dos montañeros, vecinos de la localidad asturiana de Vega de Liébana, se encontraban escalando en la cara norte del pico, en una zona de dificil acceso, con numerosos cortados. Las nieve era dura y presentaba placas de hielo. Ambos fueron rescatados en buen estado.
En León, cinco personas fueron rescatas el fin de semana, entre ellas, un hombre de 36 años, rescatado después de caer desde una altura de 200 metros mientras realizaba una ruta con raquetas.