Desde hace varios días, Murcia se encuentra sumida en una espiral de protestas que, lejos de copar las portadas de los periódicos como sí lo ha hecho Cataluña, ha aparecido en los medios casi de forma residual. Finalmente, fue una tuitera la que explicó a través de su cuenta lo que estaba pasando en Murcia, haciéndose viral en apenas unas horas.
Los murcianos quieren que el AVE pase bajo tierra, para evitar así la tapia que dividiría la ciudad y varios de sus barrios. Como consecuencia, se han sucedido diversas protestas para exigir el soterramiento del tren de alta velocidad que han acabado con violentos enfrentamientos entre Policías y vecinos.
Esto no es Catalunya, es Murcia hoy. En democracia hay que escuchar a la gente y dialogar, no mandar a la policía como hace el PP corrupto pic.twitter.com/dcif9ERDkd
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) 3 de octubre de 2017
Asimismo, el administrador de infraestructuras Adif detalló este jueves los numerosos daños en máquinas, vías y sistemas de seguridad que paralizaron la noche del martes la circulación de trenes y que aún se encuentra suspendida. Se trata del tercer día consecutivo sin circulación en la capital de la región, lo que mantiene el plan alternativo de traslado de viajeros.
La Plataforma Pro-Soterramiento se ha desvinculado de los actos vandálicos, y anoche, como todos los días de forma consecutiva desde hace más de 20 días, recorrió las calles de Murcia reivindicando unas obras de soterramiento del tráfico ferroviario, que no aíslen a los barrios del sur de Murcia con la construcción de un muro.
Esta es la situación, más o menos pic.twitter.com/ONnikEUzV7
— Adrián López (@LopezTijereta) 4 de octubre de 2017
Según los planes oficiales, a lo largo de 2018 llegará el AVE a Murcia pero no será hasta 2020 cuando esté soterrado completamente. Algo que no convence a los vecinos. “La gente no se cree los anuncios después de tantos años de incumplimientos”, declara Antonio Ruiz, una de las cabezas visibles del movimiento vecinal.
Por su parte, fuentes de la empresa constructora, Aldesa, confirmaron estos días que sus trabajadores tienen “miedo” ante la espiral de “violencia” que se está viviendo en la zona contra ellos y reconoce que no descartan abandonar el proyecto, que no es otro que “el soterramiento de las vías”.