Luis vive de «una red de amigos» desde que estalló la crisis y dejó de trabajar con contrato para el sector de la construcción. Está parado desde hace cuatro años. Tiene 46 años. Durante este tiempo se ha dedicado a hacer chapuzas y encargos en negro, al trueque y «al trabajo» como portavoz de Adesorg, un colectivo integrado por alrededor de 60.000 desempleados que han salido a calle contra los recortes, las colas del INEM y la precariedad del mercado laboral. Ahora piensan protestar contra el escándalo de los ERE supuestamente fraudulentos en Andalucía. Y plantean personarse en la causa como acción popular, con la ayuda de donaciones.
«Asumimos que los políticos roban, pero con el dinero de los parados y la implicación de los sindicatos es lamentable. Lo más de lo más», se queja Luis, quien dice que ha logrado hueco en un comedor social. Vive en Madrid desde hace meses. El alojamiento y «el dinero para sobrevivir» se lo aportan sus amigos y allegados o a través de los recursos y ocupaciones que encuentra. «En este momento, con 46 años, no tengo expectativa laboral. La red de amigos me está salvando».
Luis dice sentir «rabia» y «cabreo» por las informaciones del caso de los ERE, cuya última ramificación se centra en la investigación de comisiones por la presunta gestión fraudulenta de las ayudas destinadas a empresas en crisis y prejubilaciones. «No doy crédito a lo que está pasando. ¡Qué calidad humana tiene esa gente que encima ni se sonroja!».
Pero se muestra muy crítico con los políticos y los sindicatos. «Los sindicatos mayoritarios se han olvidado del trabajador de a pie y el parado. Están para sacarse la foto cuando hay que protestar».
El colectivo estudia presentarse como acusación popular, pero para ello dice que necesitaría el apoyo social, con donaciones con las que costear esa acción. «Estamos valorando esa opción, con la idea de que se haga justicia, y quien tenga que caer, que lo haga».
¿Y la movilización social? Luis sostiene que el grupo está dispuesto a manifestarse, pero él se muestra escéptico sobre el efecto de las protestas en el ámbito político. «Estamos agotados de salir a la calle porque no vemos un cambio. He hecho huelgas de hambre delante del Congreso, me he manifestado muchas veces, pero a los políticos les da igual todo».