La calle está dando un respiro al Gobierno. La conflictividad social que caracterizó a 2012 y 2013 no se repetirá durante el presente año, que está siendo notablemente más calmado en términos de protestas callejeras que sus predecesores. Así lo atestiguan los datos oficiales.
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, aseguró ayer durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de los presupuestos de su departamento que las manifestaciones violentas han disminuido considerablemente en lo que va de 2014 respecto al mismo periodo del año anterior.
En concreto, Cosidó aseguró que el número de concentraciones agitadas se ha reducido hasta la mitad en los ocho primeros meses del presente ejercicio. Según el máximo responsable del cuerpo, en la demarcación que es responsabilidad de la Policía –grandes ciudades principalmente, que es donde tienen lugar la inmensa mayoría de las protestas–, el Ministerio contabilizó 82 marchas entre enero y agosto, por las 196 computadas en los mismos meses de 2013.
La brusca caída prevé que los resultados estadísticos a finales de año sean del mismo orden en conceptos similares en todo el territorio nacional, extremo que no puede sino tranquilizar al Gobierno, que vio cómo 2014 comenzaba con fuerza con fenómenos insólitos hasta el momento, como los altercados que se produjeron el pasado 22 de marzo en Madrid tras las protestas de las denominadas Marchas por la Dignidad.
Batallas campales
Aquellas batallas campales entre policías y radicales acabaron con 67 funcionarios heridos, algunos de gran consideración, y marcaron un antes y un después en las protestas callejeras, que posiblemente no empezaron a ser tan bien vistas por la opinión pública.
La proclamación de Felipe VI como nuevo rey de España tampoco aventuraba un panorama tranquilizador. Los acontecimientos del 22 de marzo hacían ver con inquietud la celebración de un acontecimiento clave para la estabilidad del país, que se producía además en un momento incómodo todavía, pues aún estaba en el imaginario popular la imagen del rey con los elefantes y los indicadores económicos –aunque mejores– aún no resultaban tranquilizadores.
Los actos, sin embargo, fueron superados con éxito por el Gobierno y la Monarquía, como de hecho ahora revelan los datos aportados por Cosidó, que contrastan claramente con los números arrojados por las estadísticas en años anteriores. No en vano 2012 recibió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con la mayor cifra de manifestaciones convocada en España hasta el momento, con más de 36.000 marchas celebradas por todo el territorio nacional.
El año siguiente no fue menos convulso y en ciudades como Madrid se volvió a superar el número de concentraciones que ya en 2012 había registrado un récord. Por primera vez, los ciudadanos convocaron más de 4.350 manifestaciones por las calles de la capital de España, casi mil más que en 2012, cuando la Delegación del Gobierno contabilizó 3.419 marchas, cifra que a su vez suponía prácticamente el doble que las concentraciones registradas en 2011 (1.936), año del relevo en laMoncloa.
Los datos muestran, por lo tanto, un cambio de tendencia, que deberá confirmarse cuando el Ministerio del Interior presente la estadística oficial a principios de 2015. Fuentes policiales consultadas vaticinan que el panorama no variará sustancialmente en los próximos meses, pues no tienen constancia de amenazas concretas más allá de las sopresas que pueda deparar la actualidad (como las consecuencias que pueda haber con el asunto del ébola), que siempre son impredecibles.