El Vacie, en Sevilla, es el asentamiento chabolista más antiguo de Europa. La reciente llegada de unos 15 millones de euros de fondos europeos podría poner fin a una larga lista de intentos de acabar con este núcleo de casas prefabricadas y ponerle punto y final.
La entrada de esta ayuda económica tiene que ver en parte con el aterrizaje de proyectos culturales en la barriada. Se trata del trabajo del Centro Internacional de Investigación Teatral TNT con las mujeres ágrafas de El Vacie, una propuesta que incluye la representación de grandes obras y que ha llevado a sus vecinas a prestigiosos teatros y festivales dentro y fuera de España.
El proyecto surge en 2008 a raíz de construir el Centro Internacional de Investigación Teatral TNT en Sevilla, que fue a parar a pocos metros del asentamiento. “Desde el ayuntamiento de Sevilla nos advirtieron de la dificultad de esta idea. Nos dijeron que vendrían algunas mujeres el primer día pero que difícilmente tendría continuidad”, recuerda Ricardo Iniesta, fundador y director del teatro. Pero no fue así, decidieron ponerse en contacto con todos los habitantes de El Vacie y poner en marcha unos talleres de teatro con mujeres y con niños. “Cada sesión tuvo una mayor concurrencia por parte de las mujeres hasta tal punto que tuvimos que poner un tope”, explican.
Después de los talleres, las mujeres gitanas de El Vacie no dudaron en hacer suyo el proyecto y la propuesta creció: “Vieron los espectáculos de Atalaya y nos dijeron que querían hacer un espectáculo también ellas. Silvia Garzón que era la profesora se lo propuso a Pepa Gamboa, que pensó en ‘La casa de Bernarda Alba’ por la idea del encierro, como metáfora de lo que representa El Vacie”, cuenta Iniesta. Tras el éxito de la representación recorrió los principales teatros españoles surgió un proyecto con jóvenes del asentamiento y también de las 3.000 viviendas, que se llevó a cabo dentro de un proyecto europeo, con la escenificación de “El sueño de una noche de Verano” de Shakespeare.
Trabajar sobre guion con mujeres ágrafas
Las mujeres de El Vacie que participan en este proyecto no saben leer ni escribir, pero eso no ha sido impedimento para que aprendan y trabajen sobre los guiones de las grandes obras de Federico García Lorca o Lope de Vega: “Son los familiares y las compañeras de escena que sí saben quiénes les transmiten los textos y ellas los van memorizando”. Además, parece que esto se ha convertido en un valor añadido a su interpretación: “Poseen una intuición enorme y una capacidad de darle verdad a las palabras y darles organicidad, al no filtrarlas por la memoria intelectual. Resulta un proceso de enorme interés antropológico”, señala el director Ricardo Iniesta.
Desde el Teatro Atalaya aseguran que este proyecto teatral ha supuesto un impacto positivo en la vida cotidiana de las mujeres gitanas de El Vacie: “Ha supuesto para ellas un empoderamiento con respecto a sus propias familias, pero también ha conseguido que los habitantes de El Vacie sean vistos de otra manera por sus vecinos”. Ahora continúan interpretando ‘Fuenteovejuna’, que está de gira por festivales y programaciones de todo el país, dirigido por Rocío Montero. Además, los talleres con mujeres jóvenes siguen a cargo de Silvia Garzón.
El objetivo es dar a conocer el hecho teatral a estas personas que lo desconocían por completo, y convertir El Vacie en una herramienta de constatación de que “otro teatro es posible”.