Que te toque la lotería es, en la mayor parte de los casos, una auténtica bendición… pero no siempre. Hay muchos casos a lo largo de la historia en los que a los afortunados con millonarias cantidades les cambió la vida para mal, para muy mal.
CINCO CASOS EN LOS QUE LA LOTERÍA FUE UNA MALDICIÓN
1. Urooj Khan, de origen saudí, vivía al norte de Chicago cuando un día de paseo por la ciudad, decidió comprar un boleto de lotería en un 7 Eleven. Era uno de esos boletos que te hacen feliz en el momento, con solo rascar el décimo. Tuvo suerte, mucha suerte, ya que le tocaron un millón de dólares. Días después, y antes de poder cobrar el premio, apareció muerto en su casa. Meses después, un segundo examen forense determinó que en su cuerpo había altas dosis de cianuro.
2. El caso de Michael Carroll es un claro ejemplo de cómo no actuar si te toca la lotería. Este británico ganó once millones de euros en 2002, con sólo 19 años. ¿Qué hizo? Compró cuatro casas en Reino Unido, una en España, cuatro coches de alta gama y acciones de su equipo del alma, el Glasgow Rangers. Hasta ahí, más o menos bien. Un poco excesivo, pero podría ser aceptado. La locura de Carroll llegó cuando comenzó a comprar cocaína… y cuando en 2006 fue encarcelado por amenazar a dos jóvenes con un bate de béisbol. El dinero que ganó, a día de hoy, ya no existe en su cuenta corriente.
3. Cuidado con quién compartes la gran noticia. William Bud lo supo bien (lo supo porque ya falleció). Ganó más de once millones de euros en 1988 y a partir de ahí el efecto »Donetes» le condenó. Su ex novia le demandó para tratar de quedarse con parte del premio y su hermano, sangre de su sangre, contrató a un sicario para conseguir más sangre fraternal y quedarse con el dinero de su hermano. No lo consiguió pero, lejos de dejar de fiarse de su familia, siguió sus consejos e invirtió en casas, coches… y hasta un avión que no podía pilotar porque no tenía licencia. El bueno de Bud terminó en la cárcel con una deuda cercana a los 700.000 euros, en bancarrota y entre barrotes. Murió en 2006.
4.Ralph Stebbings y su querida mujer Mary se proclamaron ganadores de un sorteo que les proporcionó, nada más y nada menos que 142 millones de euros. Dejaron sus empleos y se propusieron viajar por todo el mundo. Pero sus familiares también se subieron al carro del éxito y también dejaron sus trabajos para vivir de las rentas de la pareja. La mala gestión del dinero, y de su cabeza, le llevó a Ralph a comprar una vaca… y armas, muchas armas. Con una de ellas, un puñal, trató de apuñalar al novio de una de sus hijas. Fue detenido y murió repentinamente tras un infarto con 43 años.
5. Amanda Clayton era una de las miles de paradas de Estados Unidos que vivía gracias a las ayudas sociales. Pero su suerte cambió de la noche a la mañana. Le tocaron un millón de dólares en un sorteo de lotería local de Michigan y cambió una vida de miserias por otra llena de lujos. Cambió todo menos una cosa: no renunció a seguir cobrando la prestación social de 200 euros al mes para comer, algo que dice mucho de la calidad humana de Clayton. El año pasado apareció muerta en su casa. Otro caso más de una mala gestión, ya que al parecer también escogió el camino de la droga, motivo que le llevó a la muerte por sobredosis.