Los hogares españoles llevan más tres años haciendo números y todavía no le salen las cuentas. Con una deuda en las familias de 875.500 millones de euros, una tasa de paro superior al 20% y el cierre del grifo del crédito, la opción de comprarse una vivienda se ha reservado para unos pocos, una proporción ínfima. Solo el 3,9% de los españoles se plantea comprar una vivienda el año que viene, frente al 95,4% que tiene claro que no va a asumir esa inversión. Así se refleja en la Encuesta de Índice de Confianza, publica por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Este comportamiento va en consonancia con la debilidad del mercado inmobiliario y el descenso acusado de los préstamos hipotecarios. El número de hipotecas sobre vivienda constituidas bajó en septiembre un 42 % respecto al mismo mes del año pasado, según el INE. De hecho, la firma de créditos hipotecarios encadena 17 meses de caídas consecutivas.
Los ciudadanos creen que los precios no aumentarán de forma significativa en 2012. De hecho, el 51,6% piensa que el incremento será igual que el de este año, y el 37% considera que el repunte será menor que este año.
Entre los españoles que piensan que no subirán tanto los precios, un tercio opina que hay mucha oferta de vivienda, mientras que uno de cada cuatro considera que el mercado está saturado.
La hipoteca, la causa del 75% del endeudamiento
La hipoteca supone hoy el 75% del endeudamiento de las familias, según el Banco de España. Esto explica que la concesión de créditos hipotecarios siga bajando y el mercado de la compra se haya estancado.
Al margen de la compra, las familias dedican un tercio de lo que ingresan a gastos en el hogar; por ejemplo, a pagar el alquiler, la tarifa de agua, la electricidad o la calefacción.