La bola del escándalo de los trenes de metro con amianto se hace más grande a cada día que pasa. Este jueves se ha conocido el contenido de un informe emitido hace 15 años donde se confirma que Metro Madrid sabía de la existencia de 115 convoyes con piezas con este material cancerígeno circulando en la red de trenes madrileña. Así lo ha desvelado El Mundo, que ha tenido acceso al informe que ha permanecido 15 años sin ver la luz.
En 2001 el Gobierno emitió una orden para prohibir totalmente la utilización de las fibras con amianto en cualquier producción industrial por ser material altamente cancerígeno. Dos años después se emitía el informe que hasta hoy no ha salido a la luz según el cual se confirmaba la presencia de amianto en algunos trenes de metro pero no se consideraba necesario implementar un protocolo sanitario.
El escándalo no acaba ahí. Como también adelanta El Mundo, Metro Madrid habría vendido entre 2011 y 2012 dos lotes de trenes de la serie 5.000 a Argentina cuando en dicha serie se habría detectado amianto en 2003. El amianto está prohibido en Latinoamérica, por lo que los argentinos han retirado de la circulación los trenes afectados y han pedido explicaciones a España.
¿Qué es el amianto? ¿Por qué Europa y parte de Latinoamérica lo ha prohibido? Maquinistas, pasajeros, trabajadores de fábricas, miembros de seguridad, ¿quién está expuesto a tener problemas de salud por esta sustancia? ¿Hay riesgo para los viajeros?
El amianto, la famosa ‘uralita’
El amianto o asbesto es un mineral que tiene origen metamórfico. Se compone de sílice, magnesio, manganeso y hierro entre otros metales y desde los 50 es un material ideal para la construcción y la producción industrial por su maleabilidad y su resistencia al fuego. Por ello, hasta que fue prohibido era utilizada para los trajes de pilotos de Fórmula 1 e incluso para sus pasamontañas.
El amianto está presente en muchas piezas de producción industrial y materiales de construcción. En los primeros años del boom inmobiliario de finales de los noventa la uralita era un material normal para construir edificios.
Sin embargo en 2001 fue fulminantemente prohibido como transposición de una orden europea. La UE determinó entonces que los materiales con fibras de amianto eran altamente peligrosos, pues al ser manipulado propagaba fibras que permanecían en el aire más de lo debido, sustancias que fueron confirmadas como causantes de múltiples casos de cáncer de pulmón entre los trabajadores que participaban en producción industrial y en construcción y derribos de edificios.
Amianto en los trenes, ¿hay riesgo para los pasajeros?
La producción de piezas de trenes con amianto ya supuso un dolor de cabeza para Metro Madrid este mes, cuando la Inspección de Trabajo del Ministerio de Empleo levantó un acta de infracción por incumplimiento “muy grave” en la normativa de seguridad sobre este aspecto.
Tras saltar el caso, la empresa pública que gestiona Metro realizó un promenorizado estudio en sus estaciones y trenes para comprobar la existencia de amianto. También ordenó chequeos médicos a más de 400 trabajadores que habrían tenido posible contacto continuado con la sustancia. Al menos un trabajador habría contraído cáncer del pulmón por exposición continuada a la materia, según confirmaron fuentes de Metro Madrid a los medios hace una semana. Sospechan que pueda existir un segundo caso pero aún está sin confirmar.
La misma fuente confirmó la presencia de amianto en vagones que hoy circulan en la línea 1, 6 y 9. Sin embargo han sido tajantes y han asegurado a los medios que el riesgo para los viajeros “no existe” ya que el amianto se encuentra en pequeños componentes eléctricos de los convoyes. Según la empresa, el único riesgo existe “cuando hay manipulación”, por lo que los viajeros no tendrían nada que temer.
Una versión pareja ha sido adoptada por Subterráneos de Buenos Aires S.E, que compró las máquinas españolas en 2012. “No representa riesgos para los pasajeros ni para los operarios si no es manipulado» explicaron el pasado 22 de febrero.
Sin embargo, han decidido retirar todos los trenes afectados.
Los sindicatos en pie de guerra
Tras varias décadas de amianto, el caso en el Metro de Madrid ha hecho saltar las alarmas en sindicatos y asociaciones, que aprovechan el escándalo para pedir mayor medidas de seguridad y mejor control de los casos de contaminación por amianto.
En concreto, CCOO ha pedido un censo para conocer qué edificios tienen amianto y cuáles no, que se cree un fondo de indemnización para sus víctimas y que esclarezca todo lo conocido hasta ahora en el escándalo del amianto en Metro Madrid.
En la misma línea se han pronunciado el sindicato de maquinistas, que ha convocado una huelga para el 9, 13 y 15 de marzo para protestar sobre las bajas condiciones de seguridad de los trabajadores.
Asimismo también ha intervenido UGT, que denuncia que a pesar de que el amianto se prohibió en España hace más de una década, «sigue estando presente en la vida de muchos trabajadores».
Según los datos del INE 5.830 personas fallecieron en España por mesotelioma (cáncer de pulmón) entre los años 2000 y 2015 (datos del INE) y 4.085 empresas estaban inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (según un informe de la CNSST). Con estos datos en la mano, el sindicato denuncia que solo se han declarado 34 enfermedades profesionales provocadas por amianto de las 21.188 registradas durante 2017, lo que «deja entrever la clara infradeclaración de las mismas».