«La programación es la solución al paro en España», dice convencido Danny Mola, fundador de Kolau y del programa de formación #YouthCanDoIt. Ahora Danny vive en San Francisco, en Silicon Valley, la meca de las empresas de tecnología, y dirige su propia empresa. Pero antes de decidir irse a Estados Unidos estaba en paro en España, con una carrera de Ciencias Políticas y sin posibilidades de encontrar un empleo. Por eso se decidió a aprender programación por su cuenta.
Él sabe mejor que nadie lo que la programación puede hacer por el futuro de los jóvenes. #YouthCanDoIt es su proyecto personal. Un curso de programación para jóvenes desempleados y sin formación específica que acaban de poner en marcha con los ayuntamientos de Balaguer, Elda y Barbate.
Estudios con empleo cero
«El curso comenzó hace una semana y el primer día los alumnos ya tenían una página web propia, con su propio dominio», explica Danny a Teinteresa.es desde EEUU. Todos son menores de 30, todos en paro y con estudios básicos. «Pedíamos este perfil y tuvimos que rechazar a mucha gente porque no hay medios para hacer el programa más grande», dice Danny.
La programación y la formación profesional relacionada con electrónica o informática es una de los pocos estudios en España que tiene paro cero. «Estos chicos nunca habían pensado en estudiar programación, muchos creen que hace falta que te gusten las matemáticas o que seas bueno calculando, pero no es así», dice Danny. En realidad la programación es un lenguaje y solo requiere práctica, lógica y muchas ganas. «Hay gente que hasta hace poco estaba recogiendo fruta en Lérida y ahora ya está programando».
Clases a distancia y teletrabajo
«Lo bueno de la programación es que puede hacerse desde cualquier sitio», asegura Danny. No importa dónde esté el trabajo, tú puedes estar en el salón de tu casa con un ordenador. En Kolau, la empresa de publicidad y márketing fundada por este emprendedor, algunos de sus trabajadores están en EEUU, otros en España y otros en Kazajistán.
«Las clases son en vídeo, algunas en directo conmigo en Skype», explica Danny, «los ayuntamientos nos ceden el espacio para poder dar la clase y los medios técnicos y nosotros contratamos a un profesor que pueda ir solucionando dudas durante los ejercicios».
Son muchos los ayuntamientos que han pedido incluirse en el proyecto, por ahora no hay más fondos, pero Danny es optimista. «Cuando acaben los cursos haremos balance y decidiremos». Por ahora los datos son positivos: de 32 personas en la clase de Balaguer, solo cuatro han abandonado el curso. «Pensé que iban a ser más, es muy positivo y están muy motivados»,