Los accesos y alrededores del Hospital de Alcorcón de Madrid han sido durante toda la tarde de hoy un auténtico torbellino de entrada y salida de gente. Decenas de medios de comunicación, coches de Policía y Guardia Civil han roto la calma de esta pequeña localidad del sur de Madrid.
Después de que se confirmase que una enfermera que atendió al misionero español Manuel García Viejo, fallecido por ébola, había contraído el virus y permanecía aislada en el hospital madrileño, Alcorcón se ha convertido en el centro de la actualidad informativa nacional.
Todas las personas con las que ha hablado este medio a las puertas del centro sanitario coincidían en señalar la desinformación sobre el caso. «Algunos pacientes informaban a las enfermeras sobre una persona infectada dentro del hospital», ha relatado a TeInteresa.es el familiar de un paciente ingresado en el centro. «Un familiar de la compañera de habitación de mi cuñada se lo ha comentado a una de las señoritas», relataba una anciana.
Una desinformación que también han denunciado a este medio varios trabajadores del centro que han asegurado conocer por medio de algunos pacientes, noticias consultadas a través del teléfono móvil y algún «soplo» de algún colega de urgencias lo que realmente estaba ocurriendo en un improvisado box de aislamiento apenas cubierto con dos bandas elásticas -similares a las de la Policía o agentes de Tráfico- y una única pegatina con el símbolo de peligro biológico como eje. «Desde el propio centro nadie nos ha dicho nada. Es vergonzoso», sentencian.
La indignación entre pacientes y familiares era palmaria y la psicosis ha comenzado a extenderse cuando un grupo de agentes de Policía, que forman parte del dispositivo que trasladará a la enfermera contagiada al hospital Carlos III de Madrid, ha tenido que acceder a Urgencias del hospital para comunicar a los allí presentes lo que estaba ocurriendo. “No sé nada de mi marido, que estaba en la habitación contigua a la de la infectada”, ha señalado el familiar de uno de los pacientes. Cuenta que al ir a recogerle porque le daban hoy el alta varios facultativos le han instado a abandonar el hospital. Según relata, desde el exterior del recinto hospitalario ha comenzado a mirar hacia las ventanas en busca de alguna pista sobre su pariente. Los facultativos del centro, asimismo, le han conminado a abandonar el hospital. «No se puede mirar por las ventanas, eso me han dicho», asegura.
La inquietud entre las personas que acudían y salían del hospital cada vez era mayor debido al revuelo mediático instalado frente al acceso general del centro con múltiples cámaras de televisión prestas a conectar con todos los informativos nocturnos del país.
«Desde la seis de la tarde se olía algo raro,todas las enfermeras estaban agitados detrás del mostrador», añadía otro familiar de uno de los pacientes ingresado en urgencias.
La falta de información ha provocado escenas de pánico entre las personas que iban enterándose de que en Alcorcón había una vecina infectada por ébola y algunas de ellas salían del hospital tapándose la cara, pensando que el virus se contagia por el aire, una idea errónea.
Un hospital poco preparado, según los vecinos
Con respecto al protocolo sanitario activado en el hospital tras confirmarse que un segundo test practicado a la enfermera ha dado positivo, muchos de los pacientes que han acudido hoy al hospital desconfían de la capidad del centro sanitario para albergar a una enferma infectada por ébola. “Aquí ponen cuatro cortinas y dicen que estamos aislados”, ha señalado indignado un vecino de Alcorcón. «Lo que estamos es acojonados», ha añadido. «Con los cuartos que nos hemos gastado en repatriar a estos religiosos y no tenemos un mísero hospital en condiciones», clamaba otro. Un visitante apuntaba haber visto al alcalde popular de Alcorcón, David Pérez, pegado a su teléfono móvil andando con caminar frenético por el centro hospitalario.
Muchos se preguntan cómo la enfermera infectada ha acudido a este centro con síntomas de ébola, máxime cuando trató al misionero fallecido por el virus en el Hospital Carlos III, el único preparado para hacer frente a la enfermedad. Otros temen haber compartido sala de espera en urgencias con tan infeccioso paciente.
Impresionante dispositivo
Según ha podido observar este medio, al menos cinco coches de la Guardia Civil, otros tantos vehículos de Policía municipal y dos automóviles de la local,así como cinco policías motorizados aguardan a las puertas de Urgencias del Hospital de Alcorcón.
Hasta medianoche la enfermera infectada no ha sido trasladada al Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, donde está previsto que permanezca aislada, como en el caso de los religiosos Miguel Pajares y Manuel García Viejo.