Pedro Antonio Seco Martínez, más conocido como el asesino de Villarrobledo, está condenado a 90 años de prisión por los tres asesinatos que cometió en esta localidad de Albacete entre 1991 y 1993.
Fue condenado en 1997 por matar a tres vecinos de Villarrobledo. Pedro José Moreno Villar del Saz, marmolista, de 33 años; José Ballesteros Ordóñez, albañil de 23; y Juan Segundo López Rebolloso, taxista de 42, fueron los que tuvieron las desgracia de cruzarse con Pedro Antonio Seco.
Los crímenes los cometía de una forma brutal: golpeaba a sus víctimas, las desnudaba y las estrangulaba. Su primera víctima, Pedro José Moreno fue encontrado con puñaladas por todo el cuerpo y con la cabeza aplastada. Los hechos ocurrieron cuando se cruzaron al salir de una discoteca sobre las 4 horas del día 23 de junio de 1991.
Seis meses después, un albañil de 23 años, José Ballesteros, perdía la vida en parecidas circunstancias. Apareció en las proximidades de su domicilio, apuñadado y con golpes en la cabeza. Su asesino cogió una navaja automática con la que se disponía a cortar hachís y «de forma inopinada y repentina, asestó a José dos o tres puñaladas en el vientre» y varias en el corazón. Como seguía vivo, comenzó a golpearle con una piedra.
En 1993, dos años después de los asesinatos anteriores, en septiembre, sumó otro crimen después de subirse a un taxi y ordenar al taxista, Juan Segundo López, que parase el coche. El cadáver del taxista apareció en un descampado de Villarrobledo. Dos días más tarde fue detenido por la Guardia Civil y confesó.
Se le aplicó la doctrina Parot en 2010.