Sin lugar a dudas el dato más alarmante de cuantos arroja el Informe Sobre la calidad del Aire en España es el número de muertos que año tras año provoca la contaminación en nuestro país. De acuerdo con el documento, se registran cada año en el Estado cerca de 20.000 muertes prematuras por sustancias tóxicas en el aire – concretamente 19.940 óbitos- de acuerdo a un estudio de la Comisión Europea.
El aire contaminado se ha colocado en el Grupo 1 (el más alto de la escala, el de las sustancias sobre las que no cabe duda científica) de sustancias que provocan cáncer, según la OMS.
Afecta, además, a la calidad de vida de la ciudadanía, provocando sobre todo enfermedades de carácter respiratorio que se engloban médicamente bajo el acrónimo EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) tales como la bronquitis incurable.
En este apartado se incluyen asimismo las alergias que se producen por la entrada en el organismo de los denominados antígenos -sustancia que, introducida en un organismo humano, da lugar a reacciones de defensa, tales como la formación de anticuerpos- como el dióxido de nitrógeno o de azufre, consecuencias de la factura industrial, que provocan un rechazo y se traducen en patologías de carácter respiratorio tales como la disnea –dificultad para respirar- o el asma -enfermedad de los bronquios, caracterizada por accesos ordinariamente nocturnos e infebriles, con respiración difícil y anhelosa, tos, expectoración escasa y espumosa, y estertores sibilantes- o el temido cáncer de pulmón, patología neoplásica con transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada corrompiendo los pulmones.
Asimismo, los profesionales de la medicina apuntan que el aíre contaminado puede asimismo traducirse en enfermedades dermatólogicas tales como la dermatitis atópica crónica que consiste en una inflamación de la piel fundamentada en erupciones cutáneas.