Una chimenea o un brasero puede matar en solo media hora. Para eso, tienen que estar en mal estado por suciedad, obstrucción o por acumulación de residuos, producirse una mala combustión en un espacio cerrado sin ventilación y que se orige tal cantidad de monóxido de carbono que al respirarse durante este tiempo, se produzca un fallo cardiovascularn que provoque la muerte. Una muerte dulce, porque la víctima no la sufre, a veces ocurre mientras duerme.
Las intoxicaciones por monóxido de carbono, un gas asfixiante, son «accidentes frecuentes» en invierno, explica Tomás Camacho, coordinador nacional de la Asociación de Toxicología, quien advierte que para que se produzca un caso deben producirse dos circunstancias: una insuficiente combustión de leña, carbón, gas o queroseno, y que no exista ventilación. «Estas intoxicaciones son agudas porque se alcanza en un determinado momento altas concentraciones de monóxido de carbono. Si la persona se expone un tiempo y no sale de ese espacio, en media hora puede morir. Es un proceso muy rápido«, explica.
Solo en Castilla y León alrededor de 120 personas resultan intoxicadas por este gas desde octubre hasta abril, según un portavoz del 112 en esta región. En lo que va de 2013 han fallecido cuatro personas por esta causa. En enero hubo una víctima en la Bañeza (León) y en la madrugada de este miércoles han fallecido tres miembros de una misma familia en Palencia.
El monóxido de carbono, un «asesino silencioso»
El monóxido de carbono es un gas muy venenoso que si se respira en altas concentraciones puede causar la muerte. ¿Por qué? Cuando este gas entra en contacto con la sangre y ocupa el espacio del oxígeno, llega a todos los órganos y tejidos, lo que provoca la lesión, en pulmones y el aparato circulatorio. «El corazón es muy sensible a este gas en las intoxicaciones agudas y el paciente puede sufrir antes arritmias», sostiene el especialista.
Al ser un gas sin olor, ni color, resulta muy difícil detectar su presencia. Se le conoce como el «asesino silencioso».
¿Cómo se genera el monóxido de carbono? Por una mala combustión, que se produce cuando falta oxígeno. Esto ocurre cuando el brasero está deteriorado o en una chimenea con residuos. Si sus llamas son amarillas, es un indicador de que este gas está en el ambiente.
Cefaleas, mareos, vómitos, cansancio, debilidad e incluso pérdida del conocimiento son síntomas de una posible intoxicación, según explica el doctor Camacho, que añade que el peligro es que el afectado pierde la sensación de alerta. Si está solo, el riesgo es mucho mayor.
Medidas de prevención
-Recurra siempre a personal técnico cualificado para la instalación de todos los equipos de calefacción.
-Revise anualmente sus instalaciones de gas y electricidad, asi como chimeneas y tiros de evacuación de gases en general.
-Asegure siempre una correcta ventilación y renovación de aire en los locales donde hay cualquier tipo de combustión.
-Cualquier conducto que esté obstruido (en nidos de pájaros y panales), abollado o desconectado, puede hacer que el monóxido de carbono llegue al interior de la vivienda.
-No queme carbón en el interior de la vivienda (Ni siquiera en chimeneas).
-Evite utilizar calefacción con llamas o brasa como “braseros de cisco” mientras duerme.
-Extreme precauciones para evitar prendido de las faldas de camilla.
-Utilice preferiblemente calefacción a base de radiadores o estufas sin combustión, es decir sin llamas.