¿Hacienda se plantea un impuesto temporal para luchar contra la ingeniería fiscal de los gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Apple o Facebook? El ministerio de Hacienda y Función Pública estaría pendiente de cuales son los pasos que dan el resto de países de la Unión Europea (UE), con Alemania, Francia e Italia a la cabeza.
Obtienen beneficios en España pero tributan en Irlanda. Es el caso, por ejemplo, de Google y Apple, lo cual ha reconocido el propio Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Función Pública.
«Ya hicimos una carta apuntando a que las tecnológicas y todas las multinacionales paguen impuestos donde están generando actividad y donde están generando beneficios», explicó Montoro, que ha subrayado que España forma parte de la UE y que las acciones tienen que ser conjuntas. «Los importes recolectados ayudarían a reflejar una parte de lo que estas compañías deberían pagar en Impuesto de Sociedades», señalaba la carta.
El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, apunta en la misma dirección. «Deben pagar sus impuestos allí donde obtienen sus beneficios», afirmó Rajoy. El mandatario popular tampoco cree que el asunto pueda ser abordado por un país en solitario, por lo que se ha encomendado a la Comisión Europea para que estudie en profundidad una serie de medidas.
Los gigantes tecnológicos utilizan sofisticadas herramientas de ingeniería fiscal para pagar menos impuestos de lo que les corresponden, pese al aumento de la presión del fisco en este sentido.
Apple, por ejemplo, tendrá que pagar el próximo mes 13.000 millones de euros a Irlanda después de una denuncia de la Comisión Europea ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por ayudas fiscales ilegales. Tras esta denuncia, el gobierno irlandés y la compañía californiana llegaron a un acuerdo que se pondrá en funcionamiento a finales de marzo.
Después de la petición de España, Italia, Alemania y Francia de imponer un impuesto a las grandes tecnológicas, Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, reclamó que éste fuera común en toda la UE. Éste sería el motivo por el que el Ministerio va a esperar antes de aplicar medidas por su propia cuenta.
Desde otros entornos, sin embargo, se apunta a lo contrario. María José Garde, subdirectora general de Fiscalidad Internacional en la Agencia Tributaria (AEAT) y presidenta del Foro de Transparencia Global de la OCDE, ha asegurado este lunes que países europeos como España buscan fórmulas transitorias mientras se acuerda un modelo general ya que hay «apetito por gravar este tipo de actividades».
Preguntado sobre el asunto, Montoro cree que no es viable. «No vamos a tener capacidad de implantarlo y no debemos hacerlo; hay que hacerlo en un consorcio mucho más amplio de países», aseguró el titular de Hacienda.
Sanciones en 2017
La sanción económica que tuvo que pagar Apple a Irlanda no es la única que las grandes tecnológicas tuvieron que hacer frente en 2017, aunque en algunos casos por motivos distintos.
Bruselas sancionó también a Google con 2.424 millones de euros en junio del año pasado, cifra que representa el 2,7% de los ingresos anuales de la compañía. El motivo esgrimido fue que Google vulneraba la competencia en el mercado de las búsquedas por Internet.
Tres meses después, en septiembre, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) impuso a Facebook una sanción de 1,2 millones de euros por vulnerar la normativa sobre protección de datos. La agencia constató que la red social utilizaba información de los usuarios para fines comerciales y publicitarios, sin autorización previa de los mismos.
La investigación llevada a cabo por la propia agencia comprobó que la compañía californiana (que cuenta con más de 2.000 millones de usuarios registrados en todo el mundo) no informa exhaustiva y claramente sobre los datos que va a recoger y los tratamientos que va a realizar con ellos.
Un mes más tarde, en Octubre, le tocó el turno a Amazon, aunque la cifra apenas hizo cosquillas a la compañía fundada por Jeff Bezos, cuyos beneficios se situaron en los 3.000 millones de euros durante el curso pasado. El gigante del comercio electrónico tuvo que devolver 250 millones de euros en impuestos a Luxemburgo, después de que la compañía disfrutara de ventajas fiscales.