Juan Francisco Trujillo, chófer del exdirector de Trabajo de la Junta Andalucía, Francisco Javier Guerrero, imputado en el caso de los ERE, saltó a la fama el pasado lunes al asegurar que había comprado cocaína para él y para el alto cargo andaluz con dinero público.
Según información publicada en varios medios a comienzos de la semana, el conductor declaró a la Policía Judicial que recibió dos subvenciones de 450.000 euros cada una para adquirir la droga.
Trujillo afirmó que la mayor parte de las ayudas que recibía de alto cargo las dedicó a «comprar droga para él y su jefe». También compró a Guerrero material de telefonía, artículos de música, antigüedades y ropa y le entregó una cantidad de dinero «en mano».
El conductor, que fue despedido por la Junta hace dos años, explicó a los agentes que el plan de desviar el dinero público se ideó una tarde, en un local de copas donde solía ir Guerrero. «El jefe», como le llamaba el chófer, supuestamente le comentó en el bar que tenía la potestad para conceder subvenciones indiscriminadamente y sin necesidad de justificar nada. El conductor asegura que él mismo preparó la documentación para solicitar las ayudas con las directrices que le marcó el alto cargo andaluz.
En su declaración policial, Trujillo entregó una pistola sin munición. Cuando los agentes le preguntaron por la procedencia del arma, el conductor contestó que se le había dado un Guardia Civil hace cuatro o cinco años, pero que estaba inutilizada.
Según un artículo publicado este jueves por el diario ABC, Trujillo era conocido en su pueblo, Andújar, como ‘el ministro’, debido al tren de vida que llevaba.
El diario señala que Trujillo disponía de coche oficial y un vehículo de alta gama, que supuestamente se habrían pagado con los ERE fraudulentos de la Junta de Andalucía.
El exdirector de Trabajo andaluz, Francisco Javier Guerrero, para el que Trujillo trabajaba es el principal imputado en el caso de los ERE, ya que la investigación señala que era la persona que desde el Gobierno andaluz se encargaba de conceder las ayudas sin control.