Condenado a 25 años de cárcel, Tomás Pardo, disfrutaba de tres días de permiso penitenciario en Barcelona. Tres días en los que pudo salir de la prisión en la que cumplía condena por violar, apuñalar y abandonar moribunda a una mujer en 2002.
Le sobraron estos tres días para volver a hacerlo. Este sábado Pardo fue detenido de nuevo por los Mossos d’Escuadra en Igualada, Barcelona, por secuestrar a una joven, llevarla al bosque violarla y apuñalarla. “Tengo que matarte porque ya he estado en la cárcel por violación”, es lo que le dijo a su segunda víctima, según el Periódico de Cataluña.
Está ingresada con lesiones graves
Ahora, él vuelve a estar detenido y ella está ingresada en un hospital de Martorell con “lesiones relevantes”. La joven pudo salvar su vida ya que el agresor la dio por muerta cuando aún no lo estaba y pudo usar su teléfono móvil para pedir ayuda.
Los Mossos d’Escuadra se pusieron tras la pista del detenido porque su sobrino intentó sacar dinero con una de las tarjetas de la víctima.
La primera víctima de Pardo, Lucía a la que violó hace catorce años asegura a La Vanguardia que sabía que volvería a hacerlo. Que tenía miedo cada vez que se enteraba de que iba a salir de permiso.
Instituciones penitenciarias aprobó la salida
Pero la junta del centro penitenciario firmó los informes favorables a los permisos, después de que Pardo ingresase voluntariamente en el programa de tratamiento específico para condenados por violencia sexual. En un primer momento comenzó a recibir permisos de día, con la condición de volver a dormir a prisión por la tarde.
Más tarde, en julio disfrutó de su primer permiso de tres días en los que no se registró ningún incidente. Además, todos los días se le permitía salir a trabajar en un taller exterior, en el Centro de Producción de Raimat, muy cerca de la cárcel, gestionado por el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE).
Aún no se conocen en qué se basaron los miembros de la junta penitenciaria para facilitar la salida de Pardo y entra en cuestión si esta agresión podría haberse evitado. El sistema de Instituciones Penitenciarias de Cataluña es el único de España que tiene las competencias transferidas y por lo tanto no depende del sistema estatal.