Suiza se encuentra en la vía de encontrar un mecanismo para regular la entrada de inmigrantes que sea «compatible» con el principio de libre circulación acordado con la Unión Europea y que espera quede listo antes de que termine el año, declaró hoy el presidente suizo, Johann Schneider-Ammann.
«Si encontramos una solución compatible con la libre circulación… si conseguimos ese resultado, podríamos resolver este asunto sin estar obligados a renegociar un acuerdo» con la UE, aseguró el presidente en una reunión con periodistas extranjeros.
Los ciudadanos suizos votaron en referéndum -el 9 de febrero de 2014- a favor de limitar la inmigración a través de medidas que podían incluir el establecimiento de contingentes, lo que violaría la libre circulación en caso de aplicarse a los ciudadanos comunitarios.
El Gobierno suizo recibió un plazo de tres años, previsto en el mismo referéndum, para aplicar la decisión popular.
La libre circulación está garantizada en un paquete de acuerdos bilaterales que regulan el conjunto de las relaciones económico-políticas entre Suiza y la UE.
A este respecto, Schneider-Ammann sostuvo que resolver este desacuerdo con Bruselas es una de las tareas principales del Gobierno helvético y que para ello se cuenta con la aprobación en el Senado de una ley sobre inmigración -aprobada ya por los diputados-, que se basa en el concepto de la preferencia autóctona «liviana».
La medida implica privilegiar la mano de obra local, sea suiza o extranjera, lo que la Unión Europea ve de manera crítica porque teme que esto conduzca a la discriminación de una parte de sus ciudadanos.
Tal como está formulado el principio de preferencia autóctona liviana, en un periodo de fuerte inmigración las autoridades suizas podrían obligar a los empleadores a comunicar los puestos vacantes a las oficinas regionales de empleo a fin de que la mano de obra local reciba primero la información.
«La preferencia autóctona liviana implica no solamente a los suizos, sino a todos los que viven y trabajan en el país», aclaró Schneider-Ammann.
Con este dispositivo, Suiza considera que se mantendría dentro del parámetro de la libre circulación, evitando una negociación con la Unión Europea que se anticipa sería sumamente dura e inflexible.
La libre circulación es un principio sobre el cual Bruselas se niega de plano a transigir, más aún ante la perspectiva de la negociación para la salida del Reino Unido del bloque, frente a la cual quiere evitar abrir cualquier brecha por la cual este país podría intentar colarse.
Schneider-Ammann adelantó que los diputados deberían aprobar el mecanismo de la preferencia indígena liviana antes de que concluya su actual periodo de sesiones, es decir a mediados de diciembre próximo.
El presidente suizo comentó que en una reciente visita oficial a Suiza, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, le advirtió de que la UE no realizaría concesiones y que Suiza sería tratada «de manera correcta, pero fuerte».
Por esa razón, Suiza debe llevar a Bruselas «una propuesta clara», porque «el clima de negociación es más exigente desde el ‘Brexit'», comentó Schneider-Ammann.
Suiza es tradicionalmente un país de inmigración, con importantes comunidades española, italiana y portuguesa, asentadas en este país desde hace tres a cuatro décadas.