El juez Elpidio Silva, líder del Movimiento Red y cabeza de lista de esta formación a las elecciones europeas, ha convertido la Audiencia Provincial de Madrid, que le juzga por prevaricación, en un auténtico show.
Sus disparatados diálogos con el presidente del tribunal que le juzga, Arturo Beltrán, y sus numerosas salidas de tono durante el juicio han convertido a este juez, en el magistrado del momento, y ha multiplicado sus detractores, pero también sus seguidores, que se han lanzado a la calle en su apoyo.
Su última ocurrencia -seguro que habrá más- es solicitar observadores internacionales ante la indefensión de su abogado, Cándido Conde-Pumpido Varela, que busca renunciar a la defensa de su cliente pese a la oposición del tribunal que le juzga.
Silva, en plena precampaña se ha mostrado descontrolado ante el tribunal, al que ha acusado de mentir, de amenazar a su abogado y de coacciones. Parece evidente, y así lo apunta el tribunal, que el primer objetivo del juez, que ha enviado dos veces a prisión al ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, es anular o, al menos, aplazar, un juicio por prevaricación, en el que se enfrenta a 30 años de inhabilitación.
La otra finalidad es lograr una publicidad necesaria para lograr un escaño a través de un partido de nueva creación, gracias a un despliegue mediático en torno a un juicio, que incluso sin show, había despertado interés de los medios.
Durante el primer día del juicio, el abogado de Silva, Cándido Conde-Pumpido Varela, renunció a defenderle, alegando que no había conseguido que la Sala anulara el procedimiento.
El defensor señaló que había «fallado», ya que había asegurado al juez granadino que las cuestiones previas serían estimadas y que se anularía el juicio.
En el segundo día del juicio -llegó a la cita con 15 minutos de retraso- el enfrentamiento con el juez, si cabe, fue más duro.
Beltrán: La Ley Orgánica del Poder Judicial exige que el ejercicio de los derechos se haga de buena fe. Conforme al artículo 11.12 que dice que las pretensiones abusivas deben ser rechazadas. Entonces este tribunal tiene que decir que no acepta la injustificada renuncia del defensor. La última palabra la tiene el tribunal y el tribunal dice que al frente de la defensa.
Silva: «No me doy por defendido. Renuncio a este letrado».
Beltrán: «No se acepta la renuncia, no se acepta la renuncia… que conste que no se siente defendido».
Silva: «No quiero seguir con este letrado, quiero que conste».
Beltrán: «Que es irrelevante su voluntad. Que usted no suspende el juicio. Es fraudulenta su postura».
Silva: «No es fraudulento, usted mintió».
Beltrán: «Le apercibo de que se calle».
Silva: «Señoría, no me siento defendido… que conste… no puedo seguir con este letrado.
Beltrán: «Usted no supende el juicio. Eso es fraudulento».
Tras una interrupción breve del juicio, Silva decidió no responder.
Durante el tercer día, el protagonismo lo tuvo María Tardón, miembro del tribunal que juzga a Silva, ex concejal del Partido Popular y que formó parte de la Asamblea de Caja Madrid. Precisamente por esto, el defensor de Silva pidió apartarla del juicio, una iniciativa que el tribunal rechazó. Las interrupciones, nuevamente fueron constantes.
El magistrado Elpidio José Silva ha dicho a su letrado Cándido Conde-Pumpido, después de que el tribunal expulsara y multara a una preferentista por alterar el orden en el juicio: «Esto es lo que yo quería».
Un micrófono de la sala de vistas del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha captado estas palabras del juez, actualmente suspendido de sus funciones por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), durante el interrogatorio como testigo al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa.
Ha sido cuando el exbanquero se lamentaba por el «daño» que ha sufrido en su «vida personal y profesional» y en su «prestigio» por la actuación de Silva, que ordenó encarcelarle en dos ocasiones, cuando una afectada por las preferentes ha voceado: «Más daño hemos sufrido los demás».
El presidente de la sala, Arturo Beltrán, que ya había advertido de que procedería a imponer sanciones si se alteraba el orden, ha ordenado su expulsión y ha multado a la mujer con 100 euros por alteración del orden.
Momento en el que el acusado ha dicho a su letrado: «Esto es lo que yo quería».
El abogado defensor insistió en las discrepancias con sus clientes y el tribunal aseguró que lo que querían era sabotear el juicio.
El defensor de Silva, que también ha contribuido al espectáculo judicial, aseguró que «lo que le pide el cuerpo, el cliente y el público es marcharme». La frase logró un gran apoyo del numeroso público congregado hoy en apoyo del juez Silva.
Tres de los asistentes, fueron expulsados por falta de respeto al tribunal y el juez amenazó con multas, asegurando que «más numeritos de plató no va a haber impunemente». Y finalmente lo hizo y multó con 100 euros a una preferentistas por interrumpir el juicio.
Todo apunta a que el juez Silva pretende continuar con el espectáculo. Su abogado, Cándido Conde-Pumpido, ya ha anunciado que si le siguen obligando a comparecer en el juicio está dispuesto, incluso, a “intentar la presencia de observadores internacionales”.