El Papa Francisco considera que el tiempo de Cuaresma que arranca este miércoles para los católicos debe vivirse “con mayor intensidad” al enmarcarse en el Año Jubilar de la Misericordia, y que los fieles deben manifestarlo con “gestos concretos” de “obras de misericordia corporales y espirituales”.
Así lo manifiesta el obispo de Roma en el mensaje que ha elaborado para la Cuaresma, periodo de preparación a las celebraciones de Semana Santa, y que abarca cuarenta días desde el Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos.
Francisco recuerda en su mensaje que en este periodo enviará a “misioneros de la misericordia” (sacerdotes que ha designado por su especial »talante» misericordioso), para que sean un signo “concreto” de la cercanía y perdón de Dios, que ayudarán a despertar la conciencia, “muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza”.
Desde su perspectiva, la misericordia se puede mostrar ante “las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar” y ante “las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos”.
“La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial” y para acercarse a quienes “necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados”. En el ámbito espiritual Bergoglio pide “aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar” para mostrar esa misericordia a la que apela.