Este miércoles el mayor de los Mossos d»Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha transmitido a «todas las unidades» de la policía catalana las órdenes de la Fiscalía para que «requisen las urnas» y todo el material para el referéndum del 1-0. Una orden que pondrá entre la espada y la pared a los Mossos que sí quieren un referéndum. Uniforme o política, ¿pueden los mossos negarse a retirar las urnas alegando objeción de conciencia?
El debate no es nuevo en este cuerpo. Ya en 2012 los sindicatos mostraron su malestar con los desahucios, a los que muchos funcionarios se opusieron por cuestiones éticas y morales. Sin embargo, para aquellos que se nieguen a retirar las urnas si llegase el caso, la objeción de conciencia vuelve a ser una defensa jurídica dificil de sostener en un cuerpo donde lo más importante es la obediencia y el respeto a la ley.
El caso de los Mossos
Los estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son claros. Todos sus miembros tienen la obligación de sujetarse a los principios de “jerarquía y subordinación”, por lo que desobedecer la orden de evitar el referéndum sería motivo de expediente y sanción, normalmente de carácter muy grave. Dependiendo de la gravedad del expediente, las sanciones pueden llegar a la suspensión de empleo y sueldo.
La única posibilidad para desobedecer una orden es si esta es manifiestamente anticonstitucional o ilegal. En este caso, los Mossos podrían negarse si sus superiores ordenasen defender las urnas o ayudar a la realización del referéndum, ya declarado inconstitucional.
Pero los Mossos sí pueden alegar objeción de conciencia para negarse ejecutar una orden en casos concretos. La ley determina que las autoridades pueden “abstenerse de actuar” si existe un “interés personal en el asunto de que se trate”.
¿Pueden entonces negarse un mosso a retirar urnas? Según fuentes jurídicas consultadas al respecto, la objeción de conciencia difícilmente cabría en este caso, aunque la última palabra la tendría siempre el juez. La abstención de acción sólo puede prosperar en caso de que existan evidencias objetivas de una relación entre el funcionario y el caso que le impida actuar por convicciones éticas o morales. Por ejemplo, un mosso podría abstenerse de actuar en el desahucio de un familiar, pues el conflicto moral es evidente.
Sin embargo, para convicciones éticas que no pueden ser demostradas con pruebas objetivas, como una afinidad política, la jurisprudencia tiende a no aceptar la alegación.
La objeción en otras profesiones
La objeción de conciencia también resulta un concepto jurídico borroso para otros ámbitos profesionales, donde se han dado sentencias especialmente polémicas.
Los tribunales han considerado oportuno aceptar la objeción de conciencia para los casos de médicos que se niegan a practicar abortos y para los farmacéuticos que no quieren vender la píldora del día después. Incluso en 2014 un juez aceptó que el concejal del PP Óscar Ramírez evitase casar a una pareja lesbiana defendiendo que se trataba de un “tema personal”.
Sin embargo, la misma defensa no se reconoció en el caso Roberto Rivas, el bombero que en 2013 se negó a desahuciar a una anciana por cuestiones éticas y morales. A pesar de su alegación, Roberto fue condenado a una multa de 600 euros.
Al final, se trata de un concepto abstracto que atañe a la conciencia, la moral y también al deber de obediencia. Por eso, los jueces siempre tienen la última palabra y, ante la falta de precedentes, resulta aventurado afirmar que la objeción de conciencia sea una opción para apoyar el referéndum entre los Mossos d»Esquadra.