El día 1 de julio comienzan oficialmente las rebajas de verano; sin embargo, muchos comercios ya han puesto sus descuentos para que puedas comprar sus productos a precios de ganga. Las tiendas de ropa, como los supermercados, quieren que compres mucho y rápido y, para ello, tienen sus truquillos.
¿Cuántas veces te ha pasado que solo ibas a comprar una cosa y vuelves cargado de bolsas? Los comercios saben hacer que compres más de lo que necesitas y lo hacen así:
Ponen música
La música en las tiendas o establecimientos de comida buscan crear una atmósfera placentera para que los potenciales clientes estén cómodos allí y gasten más dinero. Si la música es relajada, esta incitará a un consumo lento y pausado; sin embargo, si la música es rápida lo que se busca es un consumo ágil e impulsivo.
Además, los supermercados suelen apostar por música publicitaria o jingle, donde lo importante es que sea pegadizo y lleve el nombre de la marca. Por ejemplo, Mercadona hizo muy bien su trabajo y prácticamente todos en España tenemos en mente la cantinela «Mercadooona, mercadona».
Fijan precios con céntimos
Los consumidores tienden a fijarse en la primera cifra por lo que te parecerá «mucho» más barato 9»99€ que 10€, casi como si la diferencia fuera de un euro y no de un céntimo. Esta estrategia lleva décadas utilizándose y funciona como el primer día.
No obstante, algunos investigadores señalan que es importante recurrir al redondeo en ciertas ocasiones, pues los precios redondos (ej: 100€) se procesan con soltura, mientras que el resto (ej: 98,76€ ) no se procesan tan bien y esto puede influir en las ventas.
Poner los productos a la altura de los ojos
Sobre todo los supermercados recurren a esta técnica, ya que tendemos a concentrarnos en aquellos productos que se encuentran a la altura de nuestra cabeza. Igualmente, los juguetes o golosinas suelen estar a una altura inferior para que queden a la vista de los niños.
Colocan los productos más coloridos delante
Está demostrado que los productos coloridos atraen más nuestra atención, por lo que los comerciantes tienen en cuenta este factor para su organización en los estantes o expositores. Los colores llamativos transmiten sensaciones positivas y una persona feliz es más probable que compre más.
Colocan los productos imprescindibles al final de la tienda
Colocar este tipo de objetos en los pasillos del fondo obliga a los clientes a cruzar toda la tienda para conseguirlos. Así, por el camino pueden encontrarse con productos que no tenían pensando comprar, pero que finalmente sí consideran necesarios.
Por el contrario, los productos prescindibles se dejan al inicio de la tienda. Además, justo en la línea de caja se colocan productos de escaso valor pero gran poder de seducción, como golosinas, cicles, pilas, cuchillas de afeitar… que cumplen la función de poner guinda del pastel a una compra impulsiva basada en una necesidad ficticia.