España ha inaugurado su primer restaurante nudista. Se llama »Innato» y está en una de las zonas más cálidas del país: en las Islas Canarias, concretamente en el sur de la isla de Tenerife. Inspirado en la idea del mundialmente famoso restaurante «The Bunyadi», de Londres, »Innato» ofrece un ambiente naturista relajado y un menú de inspiración ecológica, donde prima lo orgánico y lo natural.
En cuanto a los menús, de cinco platos, hay tres: vegetariano, de pescado y de carne, siempre orgánicos, cocidos al fuego de leña y su carta de vinos está compuesta por los mejores vinos biodinámicos de Tenerife, entre otras referencias menos locales. “Libera tu cuerpo – vuelve a los orígenes entre velas, hogueras y bambú, bufete afrodisíaco presentado encima de espectaculares mesas humanas” es el lema del primer restaurante naturista de Tenerife.
Sin móviles ni luz
La ropa no es lo único que está «prohibido» en »Innato». Tampoco se puede entrar con teléfonos móviles. En realidad, ni siquiera hay luz eléctrica y todo está iluminado con velas; sin embargo, no es lo único que parece de otro tiempo, el menú se sirve en una rústica vajilla de barro y está compuesto por cinco platos y pensado para un disfrute largo, sin prisas, hasta bien entrada la noche.
Este curioso restaurante solo abre durante el turno de la cena, tiene capacidad para albergar a unas 40 personas y los nudistas que reserven mesa podrán cenar en cualquiera de los dos jardines que forman parte de sus instalaciones.
En su carta también ofrece un postre muy especial únicamente disponible para los comensales nudistas y denominado »final feliz». Este postre se caracteriza porque utiliza el cuerpo desnudo de dos modelos, uno de cada sexo, como el »plato» sobre el que se sirven los alimentos. «Es la parte más erótica de la cena, se pondrá un bufé humano con frutas frescas y los postres, aunque estarán alrededor de las personas y no encima de ellos», explica el hostelero.
El precio de las reservas será de 150 euros por pareja, con el gran menú incluido. Si están pensando en ir, van a necesitar algo de paciencia: desde hace semanas, la lista de espera para adquirir una entrada cuenta con más de 37.000 personas. «Prometemos una noche para olvidarse de todo y volver a la naturaleza y relajarse. Una experiencia única», concluye el promotor.
Y para los que tengan dudas sobre la higiene de un plan así, los cojines sobre los que sientan los clientes son de un solo uso.