La Razón publica en portada un artículo en el que reproduce el contenido de los dcoumentos de la etarra Inés del Río que asegura que la banda terrorista pretendía «repetir la masacre de Hipercor en Andalucía.» Recuerda que la libertad de la terrorista está pendiente de la decisión de Estrasburgo sobre la «doctrina Parot»
Asegura que Inés del Río tiene a sus espaldas un amplio historial criminal, en especial cuando formó parte del «comando Madrid», cuya infraestructura, absolutamente necesaria para que los pistoleros pudieran cometer los atentados que perpetraron, contribuyó a montar de una manera directa. Sin embargo, a partir de mayo de 1987 (el «comando» fue desarticulado en enero de ese año), los cabecillas de la banda le asignaron otra siniestra misión, que consistía en la voladura de centros comerciales y turísticos en Andalucía.
Según destacan expertos antiterroristas, consultados por La Razón, no se traba de organizar infraestructuras o sondear la posibilidad de cometer esos atentados que, como ocurrió en Hipercor de Barcelona, aquel mismo año, podían causar numerosas víctimas, sino planes concretos para llevar a cabo las acciones criminales en Andalucía.
El diario ha tenidoa acceso a las notas que la Policía Nacional encontró en su poder cuando fue detenida, en julio de 1987 (el atentado de Hipercor de Barcelona fue el 19 de junio anterior, lo que demuestra que ETA quería repetir tan sanguinaria estrategia), en un hotel de Zaragoza. La ciudad maña era donde tenía que recoger, junto con su compañero de «comando», Ángel Luis Hermosa Hurra, el automóvil con el que viajarían a Sevilla, donde pensaban organizar su «base de operaciones». La suerte de que no encontraran el vehículo la tarde-noche en que llegaron a Zaragoza y tuvieran que dormir en un hotel, facilitó su arresto y el de su compañero.
En el automóvil, un Peugeot 306 con matrícula falsa de Valladolid, estaban los materiales para cometer el primer atentado, entre ellos 35 kilos de amonal; dos kilos de TNT, 15 temporizadores y dos botellas de oxígeno, que se utilizan como cañones para dirigir el explosivo en una dirección concreta.
En sus declaraciones a la Policía, a las que ha tenido acceso La Razón, Inés del Río, que se había inscrito en el hotel de Zaragoza con el nombre falso de Inés González García, reconoció como propios los recortes de prensa que llevaba y, lo que es más importante, algunas de las notas manuscritas, que señalaban como objetivos al menos diez centros comerciales de Sevilla, Málaga, Marbella, Córdoba, Cádiz y Huelva; así como una serie de instalaciones militares de Jerez de la Frontera y Córdoba.
En su declaración, reveló que su responsable en Francia, Ramón Echevarría , «Okotz», le hizo entrega de dos millones de pesetas y «unas informaciones sobre posibles objetivos» de atentados. Para que no hubiera dudas, la Policía se los mostró y los reconoció.