El debate de las alianzas electorales es uno de los asuntos que agitan el debate interno en Podemos, según han reconocido desde su propio «núcleo duro». Hasta el momento, no existe posición oficial sobre estos pactos, una decisión que se emplaza a la gran asamblea ciudadana que se celebrará el mes que viene, pero sí posiciones particulares, expresadas a través de los borradores que van presentando los distintos grupos dentro de la formación dentro del proceso abierto para definir el modelo de partido y su hioja de ruta.
El último en conocerse, hoy, es precisamente el de Pablo Iglesias y sus más cercanos colaboradores, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Luis Alegre y Carolina Bescansa, firmantes de un texto en el que, entre otros asuntos, abordan los escenarios electorales que se presentan el año que viene.
En este sentido, el Podemos que diseñan no descartaría las alianzas. «Nuestra propuesta municipal consiste en poner nuestra capacidad política en juego, apoyando e implicándonos en las iniciativas municipalistas que cumplan a rajatabla con los requisitos de la nueva política, la transparencia, la regeneración y las posibilidades de victoria y cambio, y hacerlo con todo nuestro potencial en el territorio y a escala estatal», expresan en el borrador, que deberá ser votado en el gran congreso de octubre, «La unidad popular, para nosotros, no es un nombre grandilocuente de lo mismo,ni mucho menos una sopa de siglas o una negociación entre partidos».
Iglesias y su entorno apuestan por conservar las siglas, pero eso no significa por tanto que concurran en separado. No descartan integrarlas en un gran bloque o coalición, por ejemplo, del tipo de Ganemos, la plataforma municipalista que ha surgido en varias capitales de provincia para concurrir a las municipales. Eso sí, con una condición: que se respeten los planteamientos de regeneración política impulsados desde Podemos. De lo contrario, advierten, «las candidaturas que quieran reproducir esas prácticas de la vieja política -se llamen “Ganemos” o de cualquier otra forma – no son candidaturas a las que ofrecer nuestro trabajo ni nuestro apoyo».
La decisión no dependerá en todo caso a los círculos, «Aunque constituyan el núcleo y la savia de la organización», se dice en el texto. Iglesias justifica arrancar poder de decisión a sus agrupaciones locales en dos puntos: en que estos no abarcan la totalidad de simpatizantes de la formación, «Podemos es también mucha gente que no está en los círculos, pero que confía en nosotros», y porque la «marca Podemos» es «resultado de un buen trabajo y de muchas ilusiones puestas en marcha tiene un prestigio que no puede arriesgarse en contiendas y contextos difícilmente evaluables caso por caso».
Serán, por tanto, «los miembros de Podemos en cada municipio y la ciudadanía que quiera participar de los procesos abiertos por Podemos» los que decidan «si se incorpora a fórmulas ya nacidas para sumar nuestro ADN a las mismas o, por el contrario, vuelca todos sus recursos humanos y de ilusión en la construcción de una aún más potente candidatura autonómica propia».
Sospechas de intrusismo
Iglesias vuelve a dirigirse aquí al «intrusismo» que sospechan existe entre los círculos, personas con intereses poco claros, han dicho en alguna ocasión, que se aprovechan de su paraguas para satisfacer sus intereses electoralistas, pero alejadas de los principios de la formación.
«Debemos ser responsables y no dejar abierto un flanco que pueda debilitar el instrumento político más poderoso que existe hoy para lograr la recuperación de la soberanía popular», se alerta en el borrador.
El grupo promotor del borrador reconoce que las municipales «llegan pronto» para un partido que aún está en el proceso de definir su propia organización y advierte también de que el reparto de puestos en las listas jamás vendrá impuesto, sino que se hará por votación en primarias con listas abiertas. «Todas las posiciones en las listas electorales deben estar abiertas a ser decididas por la ciudadanía. Lo contrario nos devuelve a la lógica vieja de pactos entre partidos, que a menudo promueve candidatos menos capaces para suscitar la confianza popular», se subraya en el borrador.
Candidaturas ciudadanas para las autonómicas
Tampoco descarta Iglesias los pactos de cara a las autonómicas, aunque sí advierte que en ningún caso serán «sumas de partidos políticos» sino «candidaturas ciudadanas y de unidad popular, con voluntad transversal y de mayorías».
La decisión de si se concurre en solitario o en agrupaciones más amplias partirá de los territorios. «Proponemos, para ello, la posibilidad de que, a petición de al menos el 10% de los inscritos en Podemos en el territorio, se pueda decidir por voto abierto si se concurre con marca propia o enmarcados en agrupaciones diversas», se desvela en el borrador, en el que se reconoce que estos comicios «son un espacio privilegiado para representar a escala autonómica lo que nuestra candidatura al Parlamento Europeo representó el 25 de mayo».
Para subrayar su postura, el documento firmado por Iglesias y sus colaboradores afirma que en Podemos «no opera ningún patriotismo de partido, sino la voluntad de formar pate del cambio en nuestro país».
«Debemos ser generosos con todas aquellas personas que hasta ahora no han compartido camino con nosotros pero que, sin renunciar a su identidad, quieran asumir que el nuestro es el mejor método para trabajar», dice el borrador, «Las candidaturas de Podemos deben estar abiertas a todos aquellos que hayan demostrado su compromiso por el cambio y la ruptura democrática sin mirar qué carné tenían o llevan en la cartera, sino su lealtad y honestidad para trabajar con Podemos».
Las candidaturas se establecerán, dicen, por elecciones primarias, comprometiéndose » a no sostener a los partidos tradicionales y sus políticas de empobrecimiento y saqueo». No aclaran si aquí está también IU, partido al que en un principio desalojaron de la «casta política» e instalaron después «en el régimen del 78».
En cualquier caso, para Iglesias, las autonómicas serían el «segundo paso» hacia un objetivo: las generales. «Pueden alterar de forma irreversible el mapa político del país, hacer inevitable el cambio y desembocar, con la marca y herramienta Podemos al frente, a las puertas de unas elecciones generales que el pueblo afronte con voluntad y posibilidad de victoria», dicen en la propuesta hoy presentada.