Javier Goldaraz Aldaya fue condenado en marzo de 1995 a 155 años de cárcel por el asesinato del Guardia Civil Juan Gangoso Otero y por otros siete asesinatos frustrados, los de los compañeros que estaban con Gangoso en la tanqueta. El policía falleció al ser alcanzado por un coche bomba en la calle Larreina, en Pamplona, cuando conducía una tanqueta.
También se le condenó a 23 años de prisión por el intento de atentado en 1990 del sargento de la Guardia Civil, José Luis Hervás Mañas quien fue abatido por dos tiros en la Foz de Lumbier por el comando Nafarroa, al que la Benemérita descubrió de forma casual. Tras asesinar al sargento Hervás, se produjo un intercambio de disparos entre los tres terroristas, que abrieron fuego para cubrir su fuga, y los demás guardias civiles que componían la patrulla de vigilancia, resultando gravemente herido el sargento de la Guardia Civil José Domínguez Piris, comandante del puesto de la cercana localidad de Yesa.
Los tres terroristas huyeron a pie y en su huida se les cayó una bolsa en la que, entre otros objetos, se encontró una pistola del calibre 9 milímetros parabellum. Inmediatamente se organizaron patrullas de la Guardia Civil que acordonaron y batieron la zona, apoyadas por helicópteros.
En la actualidad, Goldaraz permanece en la cárcel de Zuera (Aragón) cumpliendo una pena de 193 años de prisión por militancia en organización terrorista y un atentado. Debería haber salido de la cárcel en octubre de 2011, aunque la aplicación de la doctrina Parot le puede mantener recluso hasta 2022.