La chinche de cama ha dejado ser cosa del pasado. Se pensaba que este insecto nocturno y bastante incómodo formaba parte del paisaje de la posguerra, hasta que se extinguió. Pero no, de hecho nunca desapareció en España, lo que pasa es que durante décadas dejó de ser una especie molesta. Pero las chinches han vuelto, y en forma de plaga. La Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas, ANECPLA, asegura que hay un rebrote en toda España, aunque es más visible en zonas costeras por la afluencia de turistas. De hecho, la mayoría de los focos se localiza en viviendas y hoteles.
¿Por qué han vuelto? Los expertos en plagas atribuyen la reaparición al incremento de los viajes al extranjero y al transporte de la mercancía. Un ejemplo de cómo llevarse un nido de chinches a casa lo pone Milagros Fernández de Lezeta, directora de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas: «Comprar un cuadro procedente de una mercancía donde había una plaga. En el momento en el que se coloca en el domicilio, se está originando el foco». También puede haber chinches en el colchón de un piso que acaba de alquilarse, o en la habitación de un hostal.
La industria habla de plaga, porque en el momento en que se detecta un caso en una vivienda o en un hotel, se presupone que habrá un foco de infestación. «Es un tipo de insecto prolífico, que se extiende con facilidad, se dispersa rápido. Por eso hablamos de plaga», indica Fernández de Lezeta.
Las empresas dedicadas a la fumigación sostiene que han aumentado los casos un 70% en los últimos cinco años. Por ejemplo, Todoplagas.com ha gestionado tres consultas por este motivo en una mañana solo en Madrid y las chinches se han convertido en el principal motivo de servicio.
«No queremos alarmar, pero sí alertar sobre un problema social, que causa malestar y que requiere de la colaboración de las empresas y las autoridades sanitarias», sostiene Fernández de Lezeta, que subraya que las chinches no son portadores de patógenos, ni causan enfermedades en España. Solo picaduras, y la angustia entre los moradores.
Aunque la mayoría de los casos se registran en viviendas y hoteles, las empresas también han detectado focos en residencias de ancianos, universidades y centros escolares, transporte público e incluso en cines.
Los afectados suelen sospechar que en su colchón o en sofá hay chinches después de verse la picadura. A veces, se confunden con diminutas cucarachas. El problema es que pasan inadvertidas porque actúan por la noche y saben esconderse bien. Sin embargo, las infestaciones por chinches pueden generar un olor que detectan los perros adiestrados por las empresas para hacer el diagnóstico.