Hay investigadores que consideran que Catalunya es el epicentro de la radicalización islamista en Europa, por ser un lugar de paso migratorio y albergar un sustrato de corte salafista que puede favorecer el yihadismo. Desde 2002, un total de 162 personas han sido detenidas en la comunidad catalana por propagar ideas radicales del Islam e intentar adoctrinar a fieles. Son datos aportados por los Mossos d»Esquadra en un seminario sobre escenarios de radicalización yihadista que se desarrolló en Madrid.
La gran mayoría de los detenidos son de nacionalidad marroquí, paquistaní, argelina y española, y el 75% de los inmigrantes arrestados tenían permiso de residencia.
Uno de los focos de radicalización pueden ser mezquitas de corte salafista. Los Mossos cifran entre 35 y 40 oratorios vinculados al salafismo – una corriente sunita del Islam que interpreta de forma estricta y literal el Corán y que preconiza la aplicación integral de la ley islámica.
Los grupos radicales en España actúan en la Comunidad de Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana, según los expertos. Carola García Calvo, investigadora de Instituto Elcano, descubrió tras una investigación que los reclutadores actuaban en viviendas y lugares de culto sobre todo y que los seguidores captados tenían entre 16 y 30 años.
En las prisiones, el reclutamiento es anterior a la radicalización, porque el recluso abraza las pautas de los yihadistas para obtener una protección especial o a cambio de dinero. No obstante, en España las autoridades penitenciarias han puesto en marcha un programa de detección y prevención de casos de radicalización islamista que ha rebajado la amenaza.
La amenaza del reclutamiento terrorista en la Red ha incrementado el uso de la tecnología por parte de las autoridades, que acosan a los sitios web de perfil yihadista.
Un foro radical puede tener hasta 20.000 usuarios. Según el investigador Manuel Torres, de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, alrededor de 2.500 personas participan en páginas radicales o que promueven el terrorismo.
Los foros yihadistas de Internet son vigilados de manera muy estrecha por agencias de seguridad, instituciones privadas y hackers, que en ocasiones llevan a cabo ciberataques para que dichos foros dejen de estar disponibles en la red. Así lo sostiene el investigador Manuel Torres, que ha demostrado en un estudio que el aumento del acoso virtual sobre estas páginas reduce su efectividad.