Las autoridades bangladesíes han permitido la entrada al país a unos 10.000 rohinyás que permanecían bloqueados desde hacía días en tierra de nadie, entre las fronteras de Bangladesh y de Birmania (Myanmar), por presunta falta de espacio en los campamentos.
«Hemos descubierto que hay cerca de 10.000 personas en la frontera. Hemos comenzado a reubicarlos dentro (de Bangladesh) a eso de las 9.45 (3.45 GMT)», dijo a Efe Iqbal Ahmed, comandante de los Guardafronteras bangladesíes (BGB) en la zona fronteriza de Ukhia.
El Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU advirtió el pasado martes de la presencia de entre 10.000 y 15.000 miembros de esta minoría musulmana en tierra de nadie, pero Dacca se negó temporalmente a permitir su entrada alegando falta de espacio en los campos improvisados de la zona.
«Cuando llegó este grupo de personas (a la frontera) habíamos pedido a los oficiales que encontrasen un lugar al que pudiesen ser llevados. Ahora han localizado un sitio», explicó Ahmed.
El comisionado de Ayuda y Repatriación de Refugiados de Bangladesh, Abul Kalam, detalló a Efe que por el momento serán trasladados a un refugio temporal hasta que puedan ser realojados en un campamento.
Según la fuente, muchos de los 10.000 rohinyás tuvieron que caminar durante días para llegar a la frontera, por lo que también necesitarán someterse a chequeos médicos.
La ONU elevó esta semana a 582.000 el número de rohinyás que han llegado a Bangladesh huyendo de la violencia en Birmania.
La crisis de los rohinyás comenzó el pasado 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente de esta comunidad musulmana contra instalaciones policiales y militares en el estado occidental birmano de Rakhine, una acción que fue respondida por el Ejército con una campaña que aún continúa.
Birmania no reconoce a los rohinyás como miembros de ese país y los considera bangladeshíes, mientras que Bangladesh, donde ya antes de esta crisis vivían unos 300.000 miembros de esta minoría, los ha tratado siempre como extranjeros.