Felipe VI citó dos veces la palabra corrupción, aunque su mensaje estuvo plagado de referencias al asunto. Habló de conductas, de servidores públicos, de indignación, de desencanto, de profunda regeneración…
Entre las palabras más utilizadas estuvieron confianza, futuro, ciudadanos, España, futuro, política… El Rey habló también de la crisis, de la situación económica y del paro, una de la palabras que también fue de las más usadas en el discurso.
Las instituciones, Cataluña, futuro y familias también estuvieron muy presentes en la alocución del monarca.
El Rey celebró en su discurso que “somos una democracia consolidada” y que “disfrutamos de una estabilidad política como nunca antes en nuestra historia”, defendiendo que “nuestro marco constitucional nos ha permitido la alternancia política basada en unas elecciones libres y democráticas”, lo que ha provocado que “somos una nación respetada y apreciada en el mundo y con una profunda vocación universal”.
Felipe VI recordó que “como dije en mi discurso de proclamación, todo tiempo político tiene sus propios retos”, entre los que enumeró la necesidad de “regenerar nuestra vida política, recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones, garantizar nuestro Estado del bienestar y preservar nuestra unidad desde la pluralidad”.
En este sentido, reconoció que “no son tareas sencillas” ni “retos fáciles”, aunque mostró su confianza en que “los vamos a superar, sin duda” porque “tenemos el deseo y la voluntad”, además de “la confianza en nosotros mismos”.
El rey concluyó su mensaje felicitando la Navidad en los cuatro idiomas oficiales del Estado y extendiendo esa felicitación en “nombre de la Reina, de la Princesa de Asturias y de la infanta Sofía”, en un intento por unir el presente y el futuro de la Corona.