El Parlament no podrá decidir esta tarde quién será el presidente de Cataluña. Este jueves a las cinco está planeado el pleno de investidura para el tercer candidato a la presidencia por JxCat, Jordi Turull, propuesto ya por el presidente de la cámara Torrent. La jugada ‘exprés’ buscaba nombrar un presidente antes de que el Tribunal Supremo pueda dictar cualquier auto que dificulte la elegibilidad del candidato, llamado a declarar el viernes junto con otros seis diputados.
Sin embargo, en este juego de bolillos, la CUP ha vuelto a ser clave: la formación independentista ha anunciado a quince minutos del pleno que no apoyará al candidato de JxCat porque no se han cumplido sus concesiones.
Los »cupaires» exigían que el próximo gobierno asegure la continuidad del proceso de la república catalana con medidas concretas. Durante la mañana las bases han decidido sobre el voto para Turull en base a un documento interno. En dicho escrito los cupaires no olvidaban que el candidato proviene de PDCat, que ha sido “partícipe del ciclo de recortes del Govern de Artur Mas”, y que las negocicaciones con ERC y JxCat no habían dado los frutos necesarios.
Ya habían avisado
La noticia de la abstención de la CUP no llega por sorpresa. El secretariado nacional de la CUP ya había dejado claro que no veía avances suficientes en la negociación con JxCat y ERC. En un documento interno orientativo dirigido a las bases de la formación, ofrecía más argumentos para el «no» a la investidura del candidato Jordi Turull que favorables a la misma.
En el documento se indicaba que en los últimos días se ha ofrecido a la CUP la posibilidad de liderar el «proceso constituyente» pero sin concreciones, y con una culminación, prevista para el año 2022 con una multiconsulta, que para los »cuperos» no ha sido, ni por asomo, suficientes.
La CUP exigía también un sistema de votación tipo árbol y, en contra de lo indicado hasta ahora de que para la CUP «no es una cuestión de nombres», pedía a los consejeros políticos que se pronuncien en primer lugar sobre el candidato propuesto por JxCat, Jordi Turull.
Según el secretariado nacional en la mañana de este jueves, «no podemos condicionar nuestro calendario y posicionamiento político a la acción represiva del Estado», ya que considera que sería un error subordinar el desarrollo de la legislatura «a los movimientos del Estado». Un aviso que, finalmente, han materializado.
También se han dado argumentos favorables al sí en el documento orientativo. El secretariado nacional ha mencionado que el posible encarcelamiento de Turull por parte del Tribunal Supremo comporta que un voto favorable se traduzca «en un mensaje de continuidad con el 1-O» y en un acto de confrontación con el Estado «que da dimensión política a la acción anti-represiva».
Un mes de cancha
Por su parte, y ante las exigencias de los »cuperos», JxCat y ERC proponían un mes de plazo tras la investidura del Turull para poder elaborar un plan de concesiones.
La fórmula para este »presidente por un mes» sería una cuestión de confianza después de la investidura, para que puedan fiscalizar a Jordi Turull como presidente de la Generalitat, en un último intento de seducir la formación antisistema antes de la sesión de investidura de esta tarde.
El secretariado nacional de la CUP ya rechazó hace unos días la idea de una cuestión de confianza, cuando se planteó sin un plazo concreto, y reclamó a JxCat y ERC cambios en el programa de gobierno y de legislatura para tener garantías de que se avanzaría hacia una «república» catalana.
La propuesta de la cuestión de confianza tampoco ha llenado el ojo a la CUP, por lo que finalmente Turull no será investido presidente esta tarde.